Estoy en el ventanal, viendo correr el tiempo y las luces. De fondo, los tambores nocturnos de nuestra melodía. Nicotina resbalándose por la laringe. He pensado en ti toda la noche; lejos de tu cuerpo no hay otra cosa que hacer.
Recuerdo tu sonrisa, imagino tus días, rebobinar, la cinta vuelve a empezar, veo como corres del monstruo de las noches, ese que te hacia cosquillas para torturarte. Te veo sentada en la cocina, leyendo por décima vez alguna carta de tu madre, te doy un abrazo por la espalda, y recuerdo tu brillante aroma.
Tu aroma, esa única cosa que conservo vivo en mí, tus bufandas estaban en mi maleta, las traigo el tiempo necesario.
Los días son monótonos, los bailes no existen, las tardes monocromáticas.
Rebobina, a través de tu mente veo tu día, lees una nota, vas al supermercado, manejas, haces una llamada en la cabina, preparas la comida, cenas, te duchas y el temblor del agua recorre mi piel, te acomodas y duermes,
Rebobina, fumas un cigarrillo, o dos; no recuerdas algo y le preguntas a alguien, tecleas muchas letras en el ordenador, te ríes con unas amigas, retocas tu maquillaje, te lavas tus delicadas manos.
Rebobina, ya no hay cinta, solo estática, rayas de colores. Vuelvo A rebobinar, Negrura.
Abro los ojos, ahora sé que duermes. Tal vez sea mi turno, voy a encontrarte entre sueños.
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Pensamientos
RandomEn las nubes suele flotar una anatomía de gas que se pierde entre montañas que se mueve entre suspiros.