Temblores matutinos.

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Este absurdo frio en los pies, los temblores recorren mi cuerpo como escalofríos eléctricos. El suave roció que gotea por las ramas tiene un olor dulce.

Camino por los suburbios; tranquilo, con la chaqueta mojada, oliendo a perro callejero, los cigarrillos húmedos, está noche no estuve en casa, no te encontré entre sueños, solo estuve bebiendo cafés en el subterráneo, viendo como las estrellas quemaban el cielo y las cigarras dedicaban baladas a la luna.

Hay fragmentos, hay recuerdos. El brazo duele, las costillas arden, se siente como un lirio violeta crece en mi cuerpo, como la masa negra es expulsada por los cortes, el viejo libro cruje al pasar las hojas, la tinta se ha corrido, se ha hecho un asco, Como yo.

Tengo el corazón hecho un ovillo, te extraño en esta ciudad sin nombre, de esencia espectral como la mía, enciendo fósforos. Llego a la residencia y tomo duchas tras ducha para limpiar la masa oscura de la nostalgia, la chaqueta huele cada vez más a perro muerto, y mi cuerpo exige nicotina.

Se prepara y sale a escena un nuevo hombre, que piensa solo en ti por estar tan lejos de tu vista. El hombre rebobina cada noche sus memorias, por las mañana las borra

Rebobina y borra. En mi mente crece un árbol y sus pensamientos se enredan, las hojas mueren, los frutos amargos crecen.

Estoy perdido, caminado hacía la nueva noche. Bailo solo. Te recuerdo durante está larga caminata, me miro dentro de un caleidoscopio, con miles de yo cantando el mismo coro, soy un alma que se convierte en fantasma por la boca, que se llena de humo por los labios.

Todo se disipa, y caigo de rodillas para que por primera vez, llore tu ausencia.


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⏰ Última actualización: Sep 22, 2015 ⏰

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