"Si antes mi vida fue un abismo, hoy con tu presencia visito el mismo paraíso"
Irving Arreguin.
Susana se encontraba haciendo sus maletas para la salida a las cabañas de Xote, un lugar mágico, un escape del smoke, lejos de toda civilización, con cabañas hermosas donde pasar la noche, con un cielo despejado y libre de contaminación para poder admirar las estrellas, árboles frondosos y pinos canadienses son el lugar de diversos animales silvestres, aves que no se ven comúnmente en la ciudad, búhos, águilas y zopilotes rondan las montañas, ardillas, tlacuaches, castores y un sinfín de roedores hacen de este lugar un hermoso paraíso.
Susana bien aprovecharía esta salida para distraerse de su vida tan cotidiana, de su frustrada carrera como escritora y de su última ruptura con su pareja sentimental.
Su primo Ismael había organizado una salida a este majestuoso lugar, que se encuentra en la salida del km 31 de la carretera México-Toluca, adentrándose al pueblo Santa Anna, subiendo por las colinas a un lugar respetado por el humano, un bosque libre de toda autoridad y avaricia. Susana estaba dolida por la reciente ruptura con su pareja sentimental, Edgar, llevaban una relación tranquila, por sus trabajos solían verse un par de días a la semana. Él era arquitecto, realizaba pequeños trabajos para una constructora de renombre, no le iba mal pero nunca le tomó la importancia que Susana quería, ella era una escritora frustrada, realizaba poemas y le gustaba indagar en la vida de los demás sólo para inventarse historias. Siempre se había reconocido como una buena oyente, lo que la gente no sabía de ello era que Susana iba escribiendo en su mente todo sobre los problemas de sus hablantes, generaba soluciones e inventaba otras circunstancias para hacer más fantástica la plática. Tal vez, el no ser original, fue lo que mellaba la carrera artística de Susana.
Tenía más de cinco libros terminados, incluso una trilogía de sobre Dioses y demonios donde acusaba a la sociedad de pedante y altanera. Aplicó desde su primer libro en un sinfín de editoriales, día a día pulía su ortografía y se tomaba el tiempo necesario para asistir a reuniones de escritores sin trabajo. Tenía que poner más empeño que cualquier otro, invertía de su dinero para imprimir unos cuantos tomos y venderlos en ferias de libros, en mercados y fuera de las escuelas.
A pesar de que la ciencia ficción era su favorita para leer y escribir no dejaba de relatar poemas de amor y desamor, de críticas a la sociedad y a muchos otros escritores famosos a los que juzgaba por su llana escritura. Una de estas críticas llegó hasta el periódico de su comunidad, le regalaron toda una página, Susana tenía el periódico enmarcado justo en la entrada de su departamento. Era un logro sin precedencia, aunque nunca más repitió una hazaña similar.
Su casa, su cuarto, la sala, incluso su baño, estaba repleta de libros por doquier, Dostoievski, Paz, Márquez, el Marqués, Rius, Alighieri y más acaparaban sus paredes, pisos, mesas, por doquier, pero su escritor favorito, el predilecto desde su infancia era Asimov, lo creía el rey de la ciencia ficción. Decía que su escritura era privilegiada para los que profundizan en la lectura pues en todos sus libros de robots, Isaac, no hablaba propiamente de robots, sino de la misma gente. De su cultura, de cómo son dominados por el miedo, el gobierno y sus propia holgazanería.
Ninguna obra de su autoría había tenido frutos en alguna editorial o en alguna librería, a ella no le importaba ganar dinero con sus escritos, lo único que le interesaba era escribir y que fuera reconocida, era muy celosa de su trabajo y le dedicaba mucho tiempo a sus libros, el desinterés de Edgar y el trabajo de Susana hizo que la relación no diera frutos, después de haberlo intentado por ocho largos meses. La amistad que tenían con anterioridad, Edgar y Susana, fue lo que más le dolió a la escritora, pues de la ruptura no hubo tiempo ni interés por cruzar ni una sola palabra.
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Siete días juntos.
Romance7 días juntos, un libro que narra la pasión de dos completos desconocidos, que, por asares del destino, quedaron prendidos, totalmente solos, por siete días completos. Sus cuerpos se encendieron, se llamaron entre sí. Bailaron en la pista de la se...