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¿listas/os para sufrir?
¡disfruten la lectura!


Dos días sin Jungkook.

Jamás, ni en sus días que él calificaba de normales, había pasado por eso. Extrañar a alguien le resulta cínicamente desconocido. Los profesores parloteaban sus clases ensayadas y recicladas mientras que los alumnos más prometedores apuntaban los tantos conceptos centrales del tema en sus libretas. Taehyung no lo hizo. La mayoría del tiempo se la pasó viendo los escritorios donde se supone debería estar sentado el pelinegro.

Nayeon tampoco estaba. Bueno, sí estaba en la escuela, pero sin Jungkook cerca, la chica no tenía razón para acercársele a él. Y a esa terrible suma le agregamos el nuevo odio grupal de la clase de Filosofía que también asistía a otras, para su mala suerte.

Las burlas ahí seguían, pero ya no tocaban las fibras peligrosas de su corazón. Otra vez, era el mismo chico de piedra, se sentía tan realizado, tan feliz, era un placer largo verlos ingeniársela para ofenderlo y fallar cada vez.

"— Sólo te lastima lo que das por hecho, Taehyung. —aquella voz llena de confianza ante sus palabras hicieron voltearla a ver, ella sacudía su cigarro tirando la ceniza por la ventana—. Yo no soy una puta. —ni siquiera el cabello que le tapaba un poco los ojos podía disimular el brillo de su mirada—. Pero lo creí por mucho tiempo. Por eso me quedaba ahí."

¡¿Se sentía con problemas?! ¡Siyeon tenía problemas! Ella no era una puta y él no era un pordiosero. Y el resto del mundo podía joderse mutuamente.

Como se dijo, dos días. Dos días en los que se llevó la chamarra, dos días en los que no comió por no entrar a la cafetería y aguantar a las personas.

— ¡Pero que lata estar tan atento a ese! —se quejó en voz baja con sus manos ocultas en la chamarra para mantener el calor mientras caminaba a su refugio. Había leves gotitas cayendo, una lluvia tan pobre en agua que ni parecía serlo. Pero hoy salió el sol, incluso no era una simple mancha difuminada, era una esfera dorada alzándose en el centro del cielo.

Tan ensimismado se encontraba observando el astro que no pudo detenerse y chocó con una mujer anciana, haciendo que sus bolsas cayeran al suelo.

— ¡Lo siento! Lo siento mucho señora. —al verla en el suelo inmediatamente le ayudó a incorporarse.

— No hay problema hijo... ¡Mis bolsas! —el malestar creció en aquella mujer. El peligris se sintió culpable y se arrodillo a levantar los víveres y guardarlos de nuevo en las bolsas de plástico.

— De verdad, no tenía intención de... Lo siento mucho.

— Los jóvenes siempre andan en la luna. —se quejó recibiendo las bolsas, aún mirándole con molestia.

— Espero que pueda... —ya no se sabía más disculpas, por Dios.

— ¿Qué haces? Andando. —interrumpió—. Vamos, lo menos que puedes hacer por una pobre viejecita como yo es ayudarla con sus compras. —sin aviso ni espera, dejó las pesadas bolsas en manos.

Taehyung, prácticamente en automático, las tomó y la siguió, posicionándose a su lado. No conocía esa parte de la ciudad a la que iba pero era bueno memorizando los caminos, sólo tenía que regresar por donde vino.

— ¿Vienes de la escuela? —la voz de la anciana irrumpió su concentración.

— ¿Ah? Sí. —intentó sonar cortés ante la pregunta.

— ¿Qué estudias?

— Bachillerato..

— ¿Y trabajas?

La Bestia y su Amo  ©  kooktae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora