XV Creer en el Profesor

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Narra Samara

- ya es la hora - dice Moscú

- todavía falta un minuto para las seis - habla Berlín observando su reloj

- pues, dadas a las circunstancias, ya sabes por donde me voy a pasar tu puñetera puntualidad británica - dice Moscú marcándole al profesor.

Berlín acaricio mi pierna ya que yo estaba sentada sobre su regazo, lo vi sonreír ante lo que Moscú dijo.

- tercera llamada sin respuesta, eso son dieciocho horas sin noticias del profesional y sabemos lo que significa



-haremos una llamada de control cada seis horas - nos informa el profesor

- qué pasa si no nos llamas? - pregunta Tokio

-o si no nos coges el teléfono - dice esta vez Nairobi

-si por cualquier cosa surge algún imprevisto, tendréis que esperar hasta la próxima llamada y así hasta completar un ciclo de cuatro llamadas, veinticuatro horas

- y si en veinticuatro horas hemos perdido el contacto contigo?

- entonces, en casi total seguridad, me habrán detenido y me estarán interrogando 





- tampoco sabemos nada de la policia - dice Moscú con la mirada perdida - seguro está pasando algo afuera, qué hacemos?

- bueno, todavía queda una llamada para completar el ciclo a las doce de la noche

- qué ciclo? - habla Denver - el ciclo de la puta ratonera

- Denver, tranquilo - le interrumpe Berlín - el profesor estará atando algún cabo suelto, no hay nada de que preocuparse aún, de momento seguimos vigilando a los rehenes e imprimiendo dinero con tranquilidad, nosotros vamos a descansar un poco - me toma de la mano, estuve por detenerle pero Tokio lo hizo por mi.

- estás de coña? - salga Tokio - con el marrón que tenemos, encima te vas a ir ahora a follar

- ay Tokio, por favor - suspira suplicando.

- qué?

- no hay ninguna necesidad de que te pongas en plan ordinario, no te hace falta, no te sienta bien - niega - eso lo primero y segundo, si tuviese que...

-ha pasado, que el plan se ha caído a putos pedazos y que a lo mejor que a ti te da igual porque estás desahuciado pero a mi no

- me voy - me iba a tirar con el pero la voz de Nairobi lo detiene.

- hijo de la gran puta - la morena se para.

- Otra - se queja luego de suspirar.

- te estás follando a una rehén? - Berlín la ve ofendido

- cómo puedes creer que me follaria a una rehén si estoy perdidamente enamorado de Samara?! - exclama haciéndome suspirar derrotada

- y qué carajos hacia Ariadna en tu oficina? Eh?! - solté soltándome de su agarre.

- qué? - me mira confundido.

- primero me la encuentro haciéndote todo un bailecito sin sujetador, después el otro día me la encuentro en tu oficina esperándote para hablar contigo y de repetir lo de la última vez, me quieres explicar capullo?!

- yo no hice nada con ella! No me la folle! - exclama poniéndose frente a mi

- no, pero si disfrutabas de un espectáculo cuando los agarre, verdad?!

𝐂𝐢𝐚𝐨 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐫𝐚𝐠𝐚𝐳𝐳𝐚 - 𝐁𝐞𝐫𝐥𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora