V El Percance

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Narra Samara

Nos tocaba a cada uno un turno para vigilar a los rehenes, yo no duermo hace treinta horas y no era que no quería, simplemente no podía dormir.

- preciosa - dice Berlín apareciendo detrás de mi, la cosa se volvió algo...extraña desde ayer, era más atento, más cercano, más...cariñoso  - podrías despertar a Gaztambide?

- si no tengo de otra - besa mi sien, camino hasta la rubia y con cuidado la despierto - buenos días - le saludo cuando abre los ojos - ven conmigo - la idea era que salgamos junto a Mónica la cual daría un pequeño discurso frente a los polis.

- Les pido que, por favor no disparen, me llamo Mónica Gaztambide, solo vengo a leer un comunicado. Les hablo en el nombre de los atracadores, somos sesenta y siete rehenes, todos en perfecto estado de salud y bien atendidos, no hay víctimas ni heridos, vamos vestidos todos iguales, y es imposible distinguirnos de los atracadores, así que cualquier intento de asalto, puede costar la vida de cualquiera - le dio una mirada a Berlín, mi vista paro hacia el francotirador, al terminar comenzaron a entrar.

- entra - me dijo Berlín pero lo empujé hacia dentro sin despegar mi puntería y entre - y eso?

- te estaban apuntando a ti, un francotirador - le informe haciendo que él suspiro.

- estamos encerrados y realmente no sabremos cuánto tiempo puede durar esto, pero mientras no me vuelen la cabeza, yo voy a cuidar de ustedes, mientras no intenten engañarme o comunicarse con el exterior, todo irá bien - comentó Berlín - a partir de ahora nos organizaremos, les vamos a asignar algunas tareas para que no se me aburran - paró hasta uno de los adolescentes - cómo te llamas?

- Pablo

- haces deporte?

- si, soy el capitán de atletismo del colegio - miré divertida a Río y él ríe, caminó frente la primera fila y comenzó a señalar a algunos.

- hombre, Arturito - sonríe - cómo has dormido?

- bien bien

- bien, dime, se te da bien el bricolaje?

- no, no señor, soy un auténtico desastre, de echo cuando pincho una rueda, la cambia mi mujer

- me estás diciendo que no tienes un taladro?

- no - Berlín suspiro y volteo a verme.

- preciosa, ven - me acerque - tal vez tú puedas - dijo colocándose detrás de mi hablando en mi oido.

- Hola Arturito - le dije con una sonrisa.

- ho..hola - me dijo y le alce el mentón con un dedo, lo mire fijamente a los ojos para luego hablar.

- dime, se te da bien el bricolaje?

- yo..me puedo defender- dijo y me acerque a él.

- un paso al frente - me aleje y pase junto a Mónica y le regalé una pequeña sonrisa.

- te sentirías mejor si te damos un ansiolitico?- le preguntó a una mujer llorando y ella asintió - muy bien, alguien más necesita medicación?

- yo! Soy diabética - dijo una mujer

- ven con sonsoles - le dijo y se acercó

- y yo, estoy tomando sertralina - dijo una chica quien al acercarse me dio una mirada lo que me hizo fruncir el ceño, mire a Nairobi y con la mirada señalé a la castaña y le hice un gesto de diva lo que la hizo reír disimuladamente.

- yo - salto Mónica - me gustaría pedir una píldora abortiva, ha dicho que no sabe cuántos días vamos a estar aquí y quiero resolverlo cuanto antes

- hoy mismo la atenderán, los demás conmigo!- dijo acercándose a las mujeres - los llevare al despacho del Señor Román, ahí se sentirán más tranquilas

- Perdón, yo también tengo una petición - dijo Parker haciendo que Berlín vuelva a sus pasos anteriores - me gustaría entrar por internet y borrar una foto

- lo siento, pero eso no está en mi mano - dijo retirándose pero ella lo detiene nuevamente.

- es que me han engañado - miré al capitán de atletismo - me han llevado al baño y me han hecho una foto desnuda, y ahora mis padres, profesores y la prensa la están viendo

- puedes grabar un video para que se queden tranquilos y nosotros lo enviaremos - ella asiente y se aleja - todos ustedes podrán gracias mensaje a sus familias, Nairobi, alegría - dice retirándose mientras toma mi mano, fuimos a la sala de siempre - te queda tan bien el rojo - tomó mi cintura y enrede mis brazos en su cuello.

- Gracias, pero prefiero el negro - nos sentamos en el sofá.

- Andrés - fruncí el ceño - Mi nombre, Andrés de Fonollosa - sonreí sin mostrar los dientes y recosté mi cabeza en su pecho.

- Natalia Barnes - dije mientras él jugaba con mi cabello.

- Estadounidense?

- Abuelo estadounidense, abuela argentina y mi padre fue adoptado, era ruso, un poco de todo - dije juntando nuestras manos - tengo treinta y tres

- soy trece años mayor - dijo y sonreí con tranquilidad - ya que hablamos de nosotros, qué son esas misiones?

- mi padre era un atracador, de los mejores, era director de una agencia, era como la DSN o la CIA, solo que para maleantes - reí seca - él hizo que me entrenaran, combate, armas, computadores, de todo - alce la mirada y acaricie su mejilla - mi madre murió cuando yo tenía cinco, y mi padre fue asesinado

- ahora yo te protegeré - dijo besando mi sien, bese sus labios pero el teléfono nos interrumpió - joder - atendió y miró a la cámara - si, profesor?

- tienen una imagen de todos los teléfonos en la pared - dijo y Berlín frunció el ceño, me miró y yo estaba de igual manera - ahí dentro no hay ninguna cámara de seguridad, cierto?

-No, solo las que hemos puesto nosotros - dije acercándome - profesor

- entonces ha sido uno de los rehenes, Samara, se os ha escapado un teléfono, así que encuéntrenlo o estamos bien jodidos

- dime luz verde para castigarlo - dijo Berlín y voltee a verlo - o los bloqueamos con pánico o seguirán haciéndose los héroes

- qué castigo?

- uno ejemplar - dije con una ceja alzada

- su ejecución, por ejemplo? - sugiere Andrés.

- no...encuentren ese teléfono - dijo colgando y bufé.

- no puedo divertirme - reí comentándolo, tome mi arma - y, guapo - lo mire - nunca ejecutes, primero hazlos sufrir - dije saliendo de la habitación, viendo a todos los rehenes.




















Aclaraciones

Los abuelos de Samara se mudaron a Rusa y allí adoptaron al padre de Nat por eso él es ruso.

Samara tiene un acento neutro como el argentino, solo que a veces se escapa su acento ruso, y ante la costumbre de viajar por todo el mundo y quedarse más en españa solo dice algunas palabras como se dicen allá. ( como eso de tío, follar, joder, etc.)

𝐂𝐢𝐚𝐨 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐫𝐚𝐠𝐚𝐳𝐳𝐚 - 𝐁𝐞𝐫𝐥𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora