¿Algún día dejaras tu orgullo de lado ? [Rusame]

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Apenas se decidían los preparativos en el jardín de la mansión. El francés se encontraba indeciso entre unas cuantas flores, ¿Rosas? ¿Girasoles? ¿Tulipanes? No sabia que escoger, eran demasiadas opciones, todas les parecían magnificas para el gran día en el cual las dos familias se unirían, sin embargo algo le molestaba a su esposa la cual lo acompañaba para una mejor decisión, parecía que le preocupaba mas la pareja de prometidos USA y Rusia, algo curiosos sabiendo la relación que tenia ella con America. El francés no se había percatado de tal forma de ignorarse desde la mañana.

Aunque era algo demasiado común America también parecía tener problemas desde la mañana. No había comido los deliciosos waffles que su hermano, Canada, le había preparado, sus hermanos Australia y Nueva Zelanda trataron de hacerlo reír con una broma como es lo habitual, pero en vez de que el americano se riera al contrario estuvo serio.

Rusia solo pensaba en lo de ayer, paseando por la mansión; perdido en ese recuerdo tan conflictivo, America quien era grosero, arrogante y mala persona en general, no se había abierto del todo a el, no hasta ayer en la noche. Claro que estaba enojado con America cuando lo encerró en el cuarto de escobas de eso no había duda, aunque si a Usa le pasara algo malo en no dudaría a ayudarlo a diferencia de lo qué su contrario America haria.

No lo pensaría dos veces, claro que lo que America había hecho estaba mal pero por lo que vio al perecer USA parecía mas triste y desconcertado de lo que esperarías de alguien quien siempre parece ser terco y poco agradable.

¿El motivo? El todavía no lo sabia y esperaba poder encontrarlo esta misma tarde. Rusia no se rendiría en este momento, si debía llevarse bien con el americano para su boda lo haría sin dudar.

(...)

Después de unas horas al terminar de desayunar Rusia salió de la mansión en dirección a los establos, esperaba encontrarse con el americano ahí para poder hablar, pero para su mala fortuna se encontró con alguien mas.

Francia, un hombre con cabello del color de un cuervo que se ocultaba bajo una boina y ojos tan azules como el cielo vestía con su traje que acostumbraba a llevar, totalmente negro con detalles azules que lo hacían destacar del resto, algo que no esperarías de alguien en un establo.

Acariciaba a un caballo totalmente blanco, la criatura se arrimaba con la cabeza al francés en busca de afecto algo que el de boina le brindaba con mucho gusto al mismo tiempo que murmuraba algunas palabras en el idioma que provenía de su familia.

Parecía que el amor hacia los caballos era algo que se heredaba, aunque el Francés no sea el verdadero padre del americano claro.

Rusia estaba indeciso si hablar con él. El francés era una persona muy amable, agradable y educada. Desde que llego a la mansión ni un minuto lo vio enojado, angustiado o algo remotamente familiar, a clara diferencia de la mujer que tenia como esposa y a su hijastro, aunque el tampoco podía hablar con toda seguridad ya que tampoco es que pasara mucho tiempo con la familia Inglesa/francesa.

Comúnmente cuando desayunaban el solía comer en su cuarto en total soledad y eran escasos los momentos en que toda la familia se reunía con él incluido. Prefería que se quedara así, él comer solo sonaba mucho mejor que pasar por un mal momento con alguno de los residentes que habitaba en esa mansión y con la mala suerte que llevaba hasta ahora hacerse de otro enemigo además de su prometido.

Odiaba llamarlo así aunque esa fuese su dura realidad.

Entonces después de unos minutos de lucha interna decidió hablar con aquel que en un futuro seria su suegro-"привет сэр франция"- El francés se percató entonces se la presencia del ruso y sonrió apenas lo vio-"Bounjour Russie"- saludo feliz el amante de las baguettes agitando la mano.-"América no esta aquí por si venias a buscarlo, el esta actualmente en sus clases de arte"- El francés lo miro confundido.