Love Me Again ||Justin Bieber||

"Ilusa, me rio de ti"

Capitulo seis. 

Justin POV's

Terminé de acomodar el arma en la parte superior de mis jeans, donde nadie podía verlas. Bajé del automóvil y caminé hacía la entrada de aquel lujoso banco. Pedí hablar con la secretaria principal, mentí tener un problema con mi dinero. Me guiaron hacía ella y pude ver una rubia alta, con un gran cuerpo y unos penetrantes ojos, me la tiraría si no tuviera que matarla en unos minutos.

—¿En qué puedo ayudarlo? –Su fina y delicada voz resonó en toda la habitación, se estremeció al ver mi cuerpo. Quizá fue por los tenebrosos tatuajes que tenía en mis brazos.

—Eh tenido unos graves problemas. –Traté de sonar lo más confiable posible. Tenía mi celular en llamada  con Adrián, él estaba escuchando todo. —Al insertar mi tarjeta de crédito en la máquina, me decía me que mi cuenta era inexistente. –Ella colocó una cara de “¿Es eso posible?” no cariño, no lo es.

—Uhm, bueno. –Se paró y movió sus caderas provocativamente hasta llegar a un estante donde había diferentes tipos de papeles sobre la información de las personas que tenían una cuenta abierta en este lugar. —Nombre y apellido, por favor.

—Mattias Bennett. –Reí por dentro.

Me paré y caminé hacía ella, observé la puerta para confirmar que estaba completamente cerrada. Saqué mi arma y agarre a la rubia de la cintura pegando su espalda a mi pecho. Al arma lo coloqué en su cien, ella quedó dura, sin hacer ningún gesto. Me la había hecho más fácil.

—¡Ahora Adrián! –Grité con todas mis fuerzas rogando que la llamada no se haya cortado.

La rubia intentó salirse de mi agarré y como no lo logró, pego un grito. Tapé su pequeña boca con mi gran mano. Se empezaron a escuchar gritos por todo el banco. Sonreí.

—Chico, necesito la clave. –La voz de Adrián se escuchó por toda la habitación.

—Ahora cariño, necesito que me digas la clave de la caja de ahorro del banco. –Sonreí maléficamente. Ella negó y susurró un “No me hagas daño” Oh cállate perra, sabes que morirás.

—Dame la clave y saldrás con vida de esto. –Un pequeño destello de esperanza inundó sus ojos.

Negué con mi cabeza, rubias. Por algo no me gustaban.

—A786J74DSS583K6. –Lo dijo tan rápido que ni siquiera recordé la primera letra de aquella clave. Le pegué con la pistola en la cabeza y ella gimió de dolor.

La agarré de su lacio cabello tironeándolo, guiándola hacía el escritorio anterior. —Escribe la clave aquí.

Sollozó y con sus débiles dedos comenzó a escribir en el papel blanco.

Cuando terminó, la empujé hacia atrás y apreté el gatillo de la pistola haciendo que la bala pegase en su pecho. Donde estaba su corazón. Comenzó a salir sangre de su boca y cayó completamente al piso. Sufre perra. 

Salí de aquel lugar y vi a todos tirados en el piso con las manos arriba de la cabeza. Menos mis compañeros, que estaban apuntando con sus armas a todos.