Love Me Again ||Justin Bieber||

"La pluma"

December 16th of 2017.

Paris, Francia.

Jade POV’s

—Voy a patear tu culo, Cassidy. –Manson sonrió hacía mí. Logrando que yo soltara una carcajada irónica.

—Eso lo veremos. –Tomé el palo de billar azul, mi color favorito. Le coloqué un poco de tiza para que sea más fácil ganarle al idiota que tengo de amigo.

—¿Preparada para perder? –Agarró la bola blanca y la puso en frente a las de colores.

Yo le saqué la lengua y el río. —¿Empiezas tú? –Con su mano hizo un gesto tratando de que yo me diriga al comienzo.

—Parece que alguien quiere empezar perdiendo. –Me acomodé frente a la bola blanca, y con todas mis fuerzas le pegué ocasionando que todas se desacomodaran, mientras que una bola lisa entró en el agujero de la esquina del lado izquierdo frente a mí.  

—Jodida loca con suerte. –Farfulló.

—Esta te la dedico. –La bola blanca estaba muy cerca de una lisa verde, y esa misma estaba cerca de un agujero del centro. Me acomodé como pude y le pegué fuertemente, entró. Pero la bola blanca también lo hizo.

—¿Lista? –Él me miró pervertidamente.

—Asqueroso. –Hice una mueca irónica.

Golpeó una bola rayada y esta dio un par de giros hasta que por fin cayó en uno de los huecos de la mesa.

—¡Sufre perra! –Levantó sus manos en el aire y toda la gente que había en aquel lugar puso su atención en él, logrando que se sonroje.

Llevábamos un largo rato jugando, él solo me hacía reír con cada locura que hacía. Los dos íbamos empatados, y cuando yo logré meter la última bola lisa, me tocaba la negra. Suspiré largando todos los nervios. Traté de acomodarme lo mejor que pude, hice el amague de pegarle a la pelota y en el tercero, la golpeé. Y para mi suerte… ¡Entró!

—¡Toma esa! –Le grité a Manson. Él solo bufó. 

—Te deje ganar. –Rodeé los ojos.

—Alguien aquí es un muy mal perdedor.  –Puse mis manos debajo de mis ojos e hice como si estuviera llorando.

—Eres cruel. –Sollozó irónicamente.

—Lo sé.

—¿La revancha? –Preguntó enarcando una ceja.

—Parece que alguien quiere volver a perder. –Tomé el palo de billar y lo paré a mi lado sonriendo a medias.

—Si sigues así, te follaré.

—Oh, tu no hablas en serio. –Reí.

—¡Te ves jodidamente sexy!  -Elevó sus manos en forma de disculpa.

—Yo siempre soy sexy. –Le guiñé un ojo, logrando que él estallara en forzadas carcajadas.

—Lo que digas, nena.  

(…)

Bajé de aquel Porsche gris y caminé hacía una especie de puente. Manson me seguía por detrás, al pisar aquel pequeño puente se escuchó un leve rechinido. Era de dos metros de largor. Luego de ahí, debías bajar caminando por tierra húmeda, rogué no caerme.

Y con una mala pisada, casi voy rodando hacía el agua. A no ser por Manson, el que me agarró rápidamente de la cintura y me acomodó en sus brazos.