Capítulo 4.

123 11 0
                                    

Poco a poco se fueron conociendo, intercanviando mensajes hasta las tantas de la noche.

652 kilómetros los separaban cada día. No vivían precisamente cerca. Y por eso Él recordará siempre ese día.

Él, que aún no sabía nada de noches de Ella, estaba desteozado, pensando que su vida era una miséria, desando poder verla para sentir sus abrazos.

Ella lo sintió, y le demostró en breve lo que era capaz de hacer por sus amigos, sus verdaderos amigos.

Se puso la chaqueta. 652 kilómetros, los hizo a pié hasta poder tocar su tiembre, para poder verle almenos unos minutos. Para poder quitarle todas sus penas, y quedándoselas ella, sin importarle el peso de éstas.

Ese día fue el primero de los muchos en que compartirían las penas juntos, fundiéndose en un abrazo.

###

- ¿Recuerdas sus abrazos?

- Los recordaré toda la vida.

- ¿Y como eran?

- Como ella. Perfectos y de doble sentido.

-¿A qué te refieres?

- A que siempre acabábamos llorando, porque dejabamos nuestros verdaderos sentimientos fluir al sentirnos protegidos. Sin embargo, con esos abrazos nos alibiávamos, no estábamos solos, ¿sabes? Era reconfortante y triste al mismo tiempo. Era como Ella.

- Ojalá pueda yo sentir algún día algo así.

Se ha limitado a sonreírme, nisiquiera su sonrisa parece la misma de antaño.

Ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora