The sea (where we belong) [HP/PJO]

u n o

A/N: esta es una idea que tuve hace —haaaceeee— dos años y tanto, sin embargo, por el Mermay la traigo de vuelta, modificada para ser una historia corta (espero que sea de agrado de quienes lo lean).

Estaré publicando tres capítulos hoy, luego tres el sábado y el resto el domingo o el lunes ^^

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Harry Potter no era más que un joven tritón, lo sabía. Era uno del montón.

Aún solía dudar un poco, ¿por qué no era igual de horrendo que los tritones del lago negro? Los recordaba a la perfección, además de que eran la única especie de de tritones y sirenas cerca de Reino Unido.

Pero según sabía, los Potter venían de Estados Unidos, ¿eso tendría que ver?

Ignoró sus pensamientos, concentrándose en lo que estaba haciendo en aquel momento.

Un cardumen entero de tritones y sirenas se dirigían hacia las aguas cercanas a Long Island, en Estados Unidos, Harry había aceptado su realidad hace bastante tiempo, los dioses griegos existían y en esos momentos se dirigían a darle su apoyo al dios de los mares: Poseidón.

Y él, a sus dieciocho años humanos (que no eran más que nada en la edad de la mayoría de sus camaradas en el cardumen), nunca había hecho nada más estúpido y peligroso que aquello.

Palpó su antebrazo, donde estaba su varita casi inútil bajo el agua, había algunos hechizos que aún podían tener su efecto inicial sin ser alterados por el cambio en el ambiente.

Bufó y observó como las burbujas de aire salían de sus labios, la armadura le incomodaba, iba como apoyo médico y aún así la necesitaba (agradecía a Hermione por su ayuda para aprender lo necesario).

Cuando llegaron, en la superficie era de noche (Harry lo sabía porque se estaba muriendo del maldito sueño), y unos cíclopes estaban acercándose con el cuerpo de un muchacho joven (de no más de 17 años).

Uno de ellos, que era aparentemente el más joven, se miraba muy preocupado.

—¡Hermano está herido! ¡El barco hizo BOOOOM! —exclamó.

—Tráelo aquí —pidió Harry, señalando una cama del interior del castillo marino de Poseidón—. Yo lo trataré, ¿cuál es su nombre? —preguntó cuando comenzó a tratar sus heridas con su varita.

—Su nombre es Perseus Jackson —dijo una voz potente.

—¿Su edad?

—Quince años.

Harry entrecerró los ojos, era menos que él y se veía mayor.

Se giró y se encontró de frente con un tritón imponente de dos colas, aunque se miraba en un estado deplorable.

Tragó de manera imperceptible.

—Mi señor —saludó, inclinando la cabeza.

Ugh, sonaba como esos devotos mortífagos.

Se asqueó de sí mismo.

Luego suspiró y siguió cuidando del muchacho.

—Es mi hijo —dijo Poseidón.

—Sí, al cual debería de cuidar en lugar de mandar al peligro —anunció Harry—. No somos peones de los omnipotentes, ya lo viví, años, y no es nada lindo. Soy un médico, así que me quedaré atrás, señor.

Harry reparó la ropa del muchacho y lo dejó bien apoyado en la cama de algas tejidas.

Después siguió curando a los heridos que llegaban a sus manos.

***

Cuando Percy despertó, lo primero que su vista captó fueron unos hermosos ojos verde esmeralda, un cabello oscuro, labios rojos y una piel muy pálida.

Posteriormente se dio cuenta de que estaba en una camilla, debajo del mar, y el que lo cuidaba era un tritón.

Un tritón muy lindo.

Alto.

¿Él siquiera era gay o algo parecido?

Creía que no.

O tal vez lo era un poco.

No importaba, lo importante era que el tritón que lo cuidaba era muuuy... Bonito.

Y su toque era suave.

Muy, muy, muy suave.

—Hola, Perseus, soy Harry, el médico principal del cardumen británico, mírame a los ojos y piensa en lo que ocurrió antes de que quedaras inconciente, por favor.

Percy obedeció de buena gana.

Sintió una punzada en la cabeza e hizo un leve puchero, una lluvia de sus recuerdos lo golpearon violentamente. Le dolió la cabeza.

—Oh... Muy bien, ¿tienes alguna dificultad para escucharme?

—No, ninguna.

—Como estás debajo del agua tus heridas no tardaran en sanar, aunque al inicio las quemaduras eran muy graves —le dijo—. Descansa un poco y no te unas a la pelea por el momento. Órdenes del médico.

»Tu padre y hermanos vendrán en unos momentos.

Percy sólo asintió, mirando atentamente al tritón que se retiró nadando hacia otro de sus pacientes.

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El autor tiene algo que decir:

Harry: hola, soy...

Percy chikito medio apendejado: el amor se mi vida, sí, lo eres.

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Byebye ]