Jiang Chao Ge y el arma espiritual

Capítulo 20

Yu Ren Shu respiró hondo—: Señor Preceptor del Estado, ¿hay alguna forma de encontrar otras armas espirituales de grado Divino?

El Preceptor del Estado negó con la cabeza—: En ese momento, pensamos erróneamente que el arma era un arma espiritual de grado celestial porque pesaba miles de Jin. Por el momento, parece que aparte de este rasgo, no hay otra forma de descubrir que es un arma espiritual de grado Divino.

Jiang Chao Ge miró a Zhi Xuan—: Pero puedes diferenciarlas, ¿verdad?—. Zhi Xuan podía olfatear incluso cosas como Li Li y Ma Bu. Identificar esas antiguas bestias raras no debería ser un problema.

Zhi Xuan lo miró—: Por supuesto. Nunca podría olvidar su olor.

Los ojos del Preceptor del Estado se iluminaron—: Sir Qi Lin, ¿estaría dispuesto a... ?

—No estoy dispuesto.

—¿Por qué deberíamos?

Zhi Xuan y Jiang Chao Ge dijeron simultáneamente.

Jiang Chao Ge sonrió con frialdad—: En lo que se convierte tu mundo no tiene nada que ver conmigo. Solo quiero volver a mi propio mundo. Vine a la capital imperial es para verte. Preceptor del Estado, ¿sabes cómo permitirme volver, verdad?

El Preceptor del Estado dijo con seriedad—: El hecho de que hayas podido venir a este mundo solo prueba que existe algún tipo de relación entre los dos mundos. ¿De verdad crees que tu mundo estará a salvo con la destrucción de este mundo?

—No necesitas asustarme. Tampoco hay evidencia de que la destrucción de este mundo afecte a mi mundo. Solo quiero saber por qué yo y otras personas del Otro Mundo vinimos aquí y cómo volvemos.

El Preceptor del Estado miró a Jiang Chao Ge por un momento y luego giró su cuerpo, aparentemente sumido en sus pensamientos.

La mirada de Jiang Chao Ge se desvió hacia el joven a su lado. Ese joven era algo tímido y, sin embargo, trató de asumir un aire de fuerza. Fue algo ridículo.

El Preceptor del Estado dio la vuelta a su cuerpo—: Si puedes ayudarme a encontrar las armas espirituales de grado Divino restantes, te enviaré de regreso a tu propio mundo.

—¿Cómo puedo confiar en que tienes la capacidad de enviarme de regreso?

El Preceptor del Estado describió rápidamente la apariencia externa de una persona—: La persona que te envió aquí, ¿se ve así?

Jiang Chao Ge apretó los dientes—: ¿Ustedes premeditaron esto? ¡¿La gente del Otro Mundo en este mundo, fue enviada aquí por usted y esa persona ?!

El Preceptor del Estado negó con la cabeza—: No puedo decir más. Solo puedo prometerte que puedo enviarte de regreso siempre que me ayudes a encontrar otras armas espirituales de grado Divino.

Jiang Chao Ge pensó profundamente durante varios segundos—: Puedo pensar en ello.

El Preceptor del Estado dijo enérgicamente—: Por favor, considérelo detenidamente.

Yu Ren Shu los llevó de regreso a sus propias habitaciones. La posición de los cuartos en la montaña era más alta que la del Salón del Preceptor del Estado, solo inferior al palacio imperial. Parecía que la posición de los nobles aquí podría estar determinada por la altitud de su residencia.

Después de estar constantemente en movimiento durante medio mes, todas las personas estaban algo cansadas. La expresión de Yu Ren Shu todavía no era tan buena, distraídamente ordenando a los subordinados que los ayudaran a calmarse, y luego se apresuró a salir con Tian Rong.