•El Usurpador• ||YiZhan||

Mantenerlo a mi lado.

Zhan no tardo mucho en familiarizarse con la mansión Wang, todo gracias al pequeño niño.

—Tío Sean, ¿Dijiste que traías regalos para todo?— dijo Kevin con una pequeña sonrisa.

—Por supuesto que lo hice. Después de la comida puedes ayudarme a entregarlos.

—Si...

Dos minutos después de que Kevin dejo a Zhan solo, Xuan Lu entro.

—¡Buenas tardes señor Xiao!— dijo con una sonrisita burlona en el rostro.

—Eres Xuan Lu, ¿Cierto?— Zhan también le sonrió.

—Así es, soy quien le ayudará a sobrevivir en esta mansión. El verdadero señor Sean me puso al corriente. No puedo creer que sean dos personas completamente idénticas.

Zhan asintió, parecía que se llevaría bien con Xuan Lu.

—Por ahora solo necesito saber el manejo de está casa, los planes escolares de Kevin, lo que hace el señor Wang, absolutamente todo. No quiero que descubran al señor Sean— habló con determinación.

—Oh, todo eso déjelo a mi cuidado. Le contaré todo lo que sé, empezando con el hecho de que la fábrica chocolatera cerrará en un parpadear. Es por ello que el señor Wang está de malas. La abuela Wang como siempre no ha dejado de beber y por si fuera poco su suegra está peor cada día. No me sorprendería que le siguiera haciendo la vida de cuadritos.

Zhan tocó su cabeza, al parecer todo estaba mal en la mansión Wang.

—Entiendo, no te preocupes, sabré como cuidarme de ellos.

—No joven Xiao, de quién se debe cuidarse más es de JiLi la mano derecha del señor Wang, él siempre ha tenido en la mira al señor Sean.

—Gracias por ponerme al tanto. Después de la comida iré a ver a la abuela y posteriormente quiero que bajes esa maleta color azul. Son los regalos para todos.

—Al menos el señor Sean se acuerda de nosotros como siempre, no esperaba nada menos de él.

Zhan asintió.

•••

Cuando Xiao Zhan vio el plato de comida frente a él, juro querer ir al baño a vomitar. Nunca jamás en su vida había visto un plato de caracoles bañados en una salsa de color rojizo.

Escargots, era el platillo que hizo que el alma quisiera salirse de su cuerpo.

—Xuan Lu— llamo a la empleada que estaba a su cargo.

Wang Yibo solo lo observó.

—Podrías traerme algo diferente de comer— hizo un mal gesto.

—Claro— retiró el plato de Xiao Zhan y se lo llevó.

—Es uno de tus platillos favoritos, ¿Por qué no lo comiste?

Zhan se aguanto las ganas de decir lo que pensaba del platillo. —No recuerdas que mi viaje se debió a motivos de salud. El doctor dijo que debía dejar de comer ciertos alimentos.

—Así que verdaderamente estás enfermo— comentó la madre de Yibo con una sonrisa.

—¿Necesita los análisis?— Zhan no se iba a dejar manipular por nadie y tampoco iba a dejar que la señora Wang lo agrediera verbalmente, quizás quien lo merecía era Sean Xiao, pero él no.