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Capítulo dos ━ El expediente Tannen
─────Amo Bruce, aquí está la escoba.─────dijo Alfred, entrando se sorpresa a la oficina.
─────Gracias, Alfred.─────Bruce se dirigió a la entrada para tomar el objeto.─────Disculpen el desastre, rompí una esfera por accidente.
─────¿Una esfera?─────cuestionó Robbie, buscando a su alrededor hasta que la vió.─────No lo había notado.
─────Tampoco yo.
─────Era de mi padre, pero todo bien.
Era alarmante que de su mano, aún salía algo de sangre, era como si él mismo hubiera roto aquella esfera. Robbie se le acercó para ayudarlo a recoger el desastre.
─────¿Qué te pasó ahí?
─────Nada importante.─────se apresuró a decir para reincorporarse y coger una bolsa de papel y echar los restos del objeto roto.─────Gracias. Espero su respuesta, Robbie y Taylor.
Taylor sujetó delicadamente el brazo de Robbie y le ayudó a levantarse.
─────Entonces, nos vemos luego, Bruce. Vámonos, Robs.
Los mellizos salieron de la oficina y se encontraron con Alfred, quien los guió a la salida del hogar.
Montados en el auto, no dijeron nada. Estuvieron en total silencio por al menos cinco minutos, procesando la información que Bruce les había brindado.
─────Él está muy mal.─────comentó Robbie.─────Pobre mocoso y pobre de nosotros también.
─────Para eso lo visitaremos cada cierto tiempo. Ya me hubiera gustado tener amigos durante mis momentos difíciles.
─────Sí los tenías, solo que una vez te intentaron drogar.
─────A eso se le llama tener infancia.
Robbie rió en breve, mientras hacía el asiento para atrás.
─────Me avisas cuando lleguemos al GCPD...¿Eso qué quiere decir? Gotham Cagó Por Dos... Cómo sea, me despiertas cuando lleguemos ahí.
─────Te toca conducir a ti, estoy cansado.
─────Yo igual. Meterse por el asiento tracero de un Mercedes, resultó un trabajo agotador.
─────Pero no tanto como conducir desde Filadelfia.
