t w e l v e

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Youngjae abrió los ojos e inmediatamente después los cerró de nuevo cuando la luz brillante asaltó su sensible visión. Gimió y se alejó de ello.
Inmediatamente hubo un ajetreo de movimiento a su alrededor, y el sonido de cortinas siendo movidas con fuerza, seguido por el oscurecimiento inmediato de la habitación.

―Jae, bebé, ¿estás despierto?
―Beom.― Dijo Youngjae, casi sollozando el nombre al reconocer la voz.
Su boca inmediatamente estaba siendo besada por los suaves labios de Jaebeom, y aunque la boca y los labios de Youngjae se sentían secos y adoloridos, nada era más dulce.
Intentó regresar el beso, realmente lo hizo, pero luego la boca de Jaebeom había desaparecido casi tan pronto como había llegado.

―¿Cómo te sientes? ¿Puedes moverte?—Youngjae intentó abrir los ojos de nuevo, y como las cortinas estaban cerradas, después de un intento lo logró. Jaebeom lo miró como si esperara que en cualquier minuto Youngjae se hiciera añicos. A veces, Youngjae incluso olvidaba lo débil que era comparado con los hombres lobos reales.
Entonces Youngjae recordaba cada detalle horripilante de lo que lo llevó a estar donde estaba, y su terror se intensificó. Casi no podía respirar mientras pensaba en caer en el agua fría, oír la voz de Jaebeom en el interior de su cabeza, y luego arrastrarse fuera del río y ocultarse.

―Tt-Trataron de matarme.― dijo Youngjae, apenas era capaz de pronunciar las palabras de su boca.
Jaebeom se inclinó y envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Youngjae, tirando de él hacia arriba en un abrazo que Youngjae realmente necesitaba.
El calor del cuerpo de Jaebeom y su fuerza eran exactamente lo que Youngjae necesitaba para calmarse.
Y Jaebeom hizo un buen trabajo. Se aferró a Youngjae y lo meció, acariciando su cabello y las orejas y susurrando palabras de consuelo para él. Youngjae, por primera vez, tomó nota de las vendas que le envolvían el brazo y la muñeca, justo donde había sido mordido. Lo mismo probablemente era con la pierna.

―¿Por cuánto tiempo he estado durmiendo?― Preguntó.

―Cerca de diez días.― dijo Jaebeom, el hombre suspiró y abrazó a Youngjae con más fuerza. ―Dios, no vuelvas a asustarme así de nuevo.

―No fue mi intención.― dijo Youngjae.

―Lo sé, lo sé, sólo estoy... joder, casi no puedo ni siquiera pensar con claridad. Estuve malditamente cerca de perderme cuando no pude encontrarte y luego, cuando lo hice, comprobé tu pulso y esperaba encontrarlo porque no podía oír tu corazón latir… casi me muero contigo. —Mierda. Mierda.― dijo Jaebeom.
Sonaba casi tan traumado con esto como Youngjae estaba. Luego se llenó de pánico una vez más.

―¡El cachorro! Qué hay de-

―Está bien, el bebé está bien.― Jaebeom dijo rápidamente. ―Están bien. Lo hiciste. Te mantuviste vivo y mantuviste al cachorro a salvo. Eres tan jodidamente valiente.— Youngjae no se había sentido valiente cuando estaba rogando por su vida, pero no quería pensar en eso. Sus ojos estaban empezando lagrimear sentado aquí con el hombre que amaba.

―Oí tu voz.

―¿Qué?― Preguntó Jaebeom.
Youngjae apretó al hombre con más fuerza, y lo miró a los ojos.

―Oí tu voz, cuando salí del agua. Pensé que te vi, también. Estabas en tu forma de lobo, y me alentaste. Salí del agua debido a ti.— Jaebeom le sonrió, una versión edulcorada de cómo Youngjae sabía que su compañero realmente podía sonreír, pero era algo.

―Saliste por ti mismo, porque tú eres fuerte.—

―Quería verte de nuevo.— Jaebeom se inclinó y lo besó. Parecía que sería increíblemente pegajoso, y Youngjae estaba perfectamente bien con eso porque lo único que quería a partir de ahora era acurrucarse en el regazo de Jaebeom y permanecer allí durante el resto de su vida.
Cuando el beso se detuvo, ninguno de ellos se alejó del otro, pero cuando el estómago de Youngjae gruñó, Jaebeom sacó su teléfono y ordenó caldo y galletas de inmediato.

―Hasta que tu estómago pueda manejar sólidos de nuevo.― Jaebeom le explicó, y estaba perfectamente bien para Youngjae. Cuando llegó la comida, sin embargo, entregada amorosamente por Yugyeom, quien en realidad le sonrió, Youngjae tuvo que esperar antes de comer. Después de casi perder la vida por Henry y Levi, un terror agudo lo venció.

―¿Qué está mal?― preguntó Jaebeom.

―Yo sólo... ¿es seguro?—Esa probablemente no era la mejor manera de expresarse, pero Jaebeom parecía entender perfectamente.

―Lo es. Te prometo que lo es.― le dijo, y sólo para probarlo, Jaebeom se apoderó de la cuchara y tomó el primer sorbo del caldo. Parecía lo suficientemente sano, así que Youngjae comió. Incluso él no era consciente de lo hambriento que estaba hasta que el caldo tocó su boca. El sabor del ajo y el pollo, a pesar de que no había nada sólido en el interior de la misma, era por lejos el mejor que Youngjae había tenido en su vida. Incluso las galletas saladas eran impresionantes. Gimió mientras comía.

―Los maté.― dijo Jaebeom.
Youngjae apartó la mirada de su comida, y miró hacia la cara de su compañero.

―¿Qué?— Jaebeom le miró directamente a los ojos. No hubo arrepentimiento allí.

―Cuando Henry y Levi vinieron, no sé lo que fue, pero yo sabía que estaban mintiendo cuando me dijeron que hubo un accidente de coche y que vagaste lejos. Ellos trataron de decir que estabas delirando, y que habías ido hacia el agua por tu cuenta. Los torturé hasta que me dijeron la verdad. Los hice sufrir, y cuando confesaron, los maté.
Todavía no había arrepentimiento en los ojos de Jaebeom, pero parecía como si estuviera esperando a que Youngjae emitiera un juicio sobre él.

―¿Te molesta haberlos matado?

―No. Lo haría diez veces más por lo que trataron de hacerte. ¿Te molesta que los matara?— Youngjae ni siquiera tenía que pensar en ello.

―No. Sé cómo funciona la ley de la manada. No puedo decir que sienta que se hayan ido después de lo que hicieron.—
El recuerdo de los dos hermanos viniendo hacia él, persiguiéndolo y luego tirándolo al agua fría del río probablemente rondaría a Youngjae por el resto de su vida. Una parte de él se alegró de que gente como ellos ya no estuvieran en el mundo, personas que podían hacerle daño a él o a su hijo.

―¿Qué hay acerca de Margo?― Youngjae preguntó, acordándose de ella.

―Ella tiene algo que ver con esto?
Jaebeom negó con la cabeza, pero no parecía muy feliz por eso.

―Henry y Levi no dijeron nada, y no había ninguna prueba, pero yo no iba a correr el riesgo. La desterré de la manada. Si ella muestra su cara en cualquier lugar cerca de aquí, o la ciudad, tendrá que tratar con los betas.
No vamos a volver a verla en cualquier momento pronto.— Youngjae suspiró. No se atrevía a sentir lástima por la chica, teniendo en cuenta la sospecha de que, incluso si ella no hubiera planeado el ataque de Youngjae con sus hermanos, su constante estado de ánimo alrededor de la manada probablemente había sido suficiente para que Henry y Levi actuaran por su cuenta, pensando que estaban protegiéndola. Ella no tenía que decir nada al haber dado a entender a sus hermanos que hicieran algo.
Youngjae suspiró, y apartó su taza vacía.

―¿Qué pasará ahora?

―Ahora a recuperarse, a mejorar, recuperar la salud, y nunca dejar mi lado.—Youngjae sonrió a la cara de Jaebeom, aun cuando el alfa lo empujó suavemente hacia abajo sobre las almohadas.

―Vas a tener que dejarme salir de tu vista con el tiempo. Voy a tener que ir a trabajar, y usar el baño de vez en cuando.

―Ríete de mí por ahora.― dijo Jaebeom, jalando las mantas hasta el cuello de Youngjae, y luego suspiró.―Mierda. Olvidé lo frágil que puedes ser.—

―Me estoy curando, sin embargo.― dijo Youngjae, alcanzándolo y tomando la mano de Jaebeom. ―¿Sabes lo que me ayudaría a sanar más rápido? —
Jaebeom estaba usando su otra mano para acariciar suavemente las orejas de lobo de Youngjae.

―¿Qué sería?

―Si mi compañero se metiera en la cama conmigo. No por sexo.― dijo Youngjae cuando Jaebeom abrió la boca para protestar. ―Lo sé, todavía tengo que recuperarme un poco antes de eso, pero yo sólo te quiero a mi lado, sin las mantas separándonos. ¿Por favor?—Jaebeom pensó en eso por un par de segundos antes de que asintiera con la cabeza, se quitó los zapatos, y luego se metió bajo las sábanas.

―Puedo hacer eso por ti.― dijo.
Youngjae suspiró cuando el calor del cuerpo de su pareja se apoderó de él, más reconfortante y cálido que la propia colcha. Envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Jaebeom y se acurrucó cerca, pero aun así dejó que sus manos vagaran.
Youngjae podía ser un defecto, pero seguía siendo un hombre lobo, y era una criatura sexual.

―Jae.― Dijo Jaebeom, solamente una advertencia leve en su voz cuando la mano de Youngjae se deslizó hacia abajo. Seguía sonriendo, sin embargo.―Te estás recuperando.

―Lo sé.― dijo Youngjae, palmeando a su compañero entre las piernas, sintiendo la polla de Jaebeom volver a la vida con su toque. Youngjae no tenía idea de qué aspecto tenía después de tantos días de estar inconsciente, y estaba seguro de que se veía como una mierda, pero todavía era feliz de que su contacto pudiera llevara a Jaebeom a este tipo de respuesta.

―Entonces vas a tener que parar antes de que haga algo que no debo.―dijo Jaebeom.

―Mi pobre compañero alfa, estuviste afuera mientras estaba postrado en la cama, ¿Verdad?― preguntó Youngjae.

―Y estaría encantado de seguir con eso para que puedas recuperar tu fuerza.― dijo Jaebeom, pero luego apretó los dientes y gruñó al toque de Youngjae, pero no apartó sus caderas lejos de la mano de Youngjae. De hecho, se mantuvo completamente inmóvil mientras Youngjae deslizó la palma hacia abajo de la cintura de los pantalones de Jaebeom, y luego palmeó su pesada y gruesa polla.

―Dije que no teníamos que tener sexo.― dijo Youngjae, y su cola comenzó a golpear suavemente bajo las sábanas. ―De hecho, estoy bastante seguro de no tener la energía para ello, pero eso no significa que no podamos perder el tiempo un poco. Quiero tocarte. Quiero hacerte sentir bien, y quiero que me toques.—Las manos de Jaebeom estuvieron sobre los hombros de Youngjae entonces.
Sus garras estaban empezando a salir y le rasparon placenteramente sobre la cicatriz de apareamiento de Youngjae, lo que trajo a su propio pene y testículos a la vida.

―De acuerdo entonces, pequeña plaga. Tú lo pediste.

―Me amas por ello.― dijo Youngjae, y no había nada de jugueteo en su tono. Él sabía que la declaración era verdad.
Jaebeom asintió de todos modos, sus manos deslizándose por el cuerpo de Youngjae, debajo de la camisa, y luego burlándose de sus pezones.

―Sí. Lo hago.

,,,
el siguiente es el epílogo gente, ya terminó esta bonita historia, also, publicaré hoy mismo el resumen del libro 2 ♡

cuídense, usen mascarilla

y recuerden decirme si hay un error uwu

morder tus orejas ; 2JAE ; 1er libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora