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Youngjae supo que Jaebeom hablaba en serio cuando Jaebeom realmente se sentó a tomar el tiempo, y desperdició el primer minuto en intentar convencer a Jaebeom de que permitiera a su madre y hermano venir con ellos.
Jaebeom ni siquiera se movió. No quería a Taeyeon o Jackson dentro de su manada por ninguna razón, y el reloj seguía corriendo. Cuando uno de los otros betas crujió sus nudillos, Youngjae supo que el hombre sólo estaba esperando el momento para arrastrar a Youngjae de los brazos. Por esa razón, corrió subiendo las gradas apoyado por Jackson, tomó su bolso de gimnasio y lo llenó por completo con sus cosas como ropa, libros, su computadora, celular y tablet, básicamente cualquier cosa que creyó necesitaría en el tiempo que no estuviera. Mantuvo la esperanza de que Jaebeom no le botara ninguna de sus cosas cuando viera que todas olían a
Jackson.

Taeyeon se negó a lavarle la ropa desde que tuvo diez años, pero Jackson pasaba en el cuarto de Youngjae de tiempo en tiempo.

―Es tiempo.― dijo el beta desde las escaleras, era el que estuvo sosteniendo a su madre. Youngjae se sobresaltó, pero logró cerrar su bolso en el momento justo, la tela del bolso de gimnasio parecía que iba a reventar.

―Estoy listo, sólo déjame cerrar mi puerta antes de irnos.― respondió.

―Baja las escaleras, ahora.― dijo el beta.

Las orejas de Youngjae su agacharon, pero no porque fuera reprendido.
Este seguía siendo el lugar donde vivía y no quería que su madre entrara y vendiera hasta la última de sus cosas.

―Dije que sólo voy a cerrar la... ¡Hey! ¡Bájame! ¡Detente!―Youngjae gritó
mientras el beta lo tomaba de la cadera y lo lanzó sobre su hombro, con bolso y todo, como si no pesara nada. Para ser un beta del tamaño de este, era probable que fuera la verdad. Youngjae era tan malditamente pequeño de sólo cinco pies con cinco.―Dije que me bajes!― Gritó y agarró la trenza en la parte de atrás de la cabeza del hombre y tiró de ella.

Recibió un duro golpe en su trasero por eso, no hubo amor en eso. ¡Dolió como el infierno!

―¡Auch!― Youngjae gritó.

―Vuelve a tocar mi cabello y te haré más que eso, defectuoso.
Youngjae quedó completamente inmóvil con el insulto, dicho como un insulto, o algo sucio. Sólo su madre le llamaba así, o Jackson y Jared cuando eran jóvenes y pensaban que molestarlo era divertido. La palabra lo detuvo de inmediato. No se quedó flojo en el hombro del hombre ni nada, pero dejó de luchar. Esto iba a pasar. Dejaría atrás su vida, y todo lo que conocía para ir a una manada que en todos esos años no lo habían querido. No tenía idea de por qué, pero sabía que no quería irse. Al menos Jackson lo quería y quería que estuviera alrededor, aún si su madre no.

―¿Qué está pasando ahí?― La voz de Jackson llamó cuando el beta comenzó a bajar las gradas. ―¿Por qué mi hermano está en tu hombro?

―Ese ya no es tu asunto, nunca más,― dijo el beta.

―Yugyeom, modales,― Jaebeom dijo ―al menos compórtate hasta que salgamos de su casa.

―No puedes llevártelo.― dijo Taeyeon ―Es parte de mi manada. Tú nos expulsaste. Tienes que llevarnos contigo.

Youngjae sólo vio a Jaebeom rodearla porque Yugyeom siguió caminando, dándole una buena vista de la furia en el rostro de Jaebeom.

―No te tomaría en mi manada, aunque fueras la última mujer lobo en el
planeta.― él gritó, garras sangrientas brotando de sus dedos, y entrando por los poros de su piel. Era una aterradora señal, y él quería a Youngjae en su manada. ¿Para qué?

―Podremos verlo otra vez?― Jackson demandó, manteniéndose firme frente a un hombre que probablemente pudiera matarlo si quisiera.

―Nunca más. ―Jaebeom gritó, y aunque Youngjae era llevado fuera de la casa pudo escuchar las cosas que le gritó a su hermano, las orejas sobre su cabeza se levantaron. ―No habrán llamadas. Ni cartas, ni emails. Él es
mío ahora.

morder tus orejas ; 2JAE ; 1er libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora