morder tus orejas ; 2JAE ; 1er libro

n i n e

Pasaron varias semanas, y Youngjae fue acomodándose muy bien en su nuevo papel como compañero del alfa. Algo así. Todavía había gente en la manada que no lo quería allí, incluso si ya no eran vocales sobre ello después de lo que había sucedido con Jaebeom y Levi en la sala de reuniones.

Una gran cantidad de los cachorros de plano lo evitaban, pero Youngjae no los culpó por eso. Sospechaba que era mucho por miedo a lo que sus padres digan, y ya que no había nada que Jaebeom realmente pudiera hacer al respecto, lo dejó ir en su mayor parte.
Youngjae estaba feliz cuando uno de los miembros de la manada condujo su jeep a la propiedad, y Jaebeom declaró adecuado el que Youngjae mantuviera su puesto de trabajo en la tienda de cómics. Youngjae se había dado cuenta de que Jaebeom no le impediría un trabajo que le gustaba, sobre todo después de su charla. A Youngjae ni siquiera le importó que el viaje fuera más largo, y era igualmente feliz cuando Jackson y Taeyeon también
condujeron a la propiedad de la manada, la parte trasera de la camioneta de Jackson llena hasta el borde con todos los muebles y pertenencias que habían sido recogidas a lo largo de los años, y otro pequeño remolque tirando lo que quedaba de ella en la espalda.

Taeyeon había estado extasiada de estar de vuelta en la propiedad de la manada. Incluso había mirado a Youngjae y le tocó el hombro antes de ir a abrazar a viejos amigos que se había visto obligada a abandonar después de que el padre de Jaebeom la hubiera desterrado y a su familia.
Youngjae lo permitió, pero ya sabía que no iba a hablar con él o darle cualquier otro buen detalle como ese. Ella todavía lo despreciaba, y ahora que tenía una manada completa con la que pudiera relacionarse con los demás de nuevo. Ella ya no necesitaba a Youngjae.

A decir verdad, Youngjae estaba perfectamente bien con ello porque significaba que ya no tenía que preocuparse por ella, o estar cerca de ella por algún sentimiento de necesidad, porque ella fuera parte de su pequeña manada. Él tenía una manada grande ahora, tenía a su compañero y tenía a su hermano. Youngjae podía llevarse bien con Taeyeon ahora, siempre y cuando se quedara lejos de él.
El saludo de Jackson fue diferente del de su madre. Envolvió a Youngjae en un abrazo de oso gigante que llevó sus pies lejos de la tierra.

―Estoy feliz por ti.― dijo Jackson, y sonaba como si lo dijera en serio.
Teniendo en cuenta que ambos habían pensado que Jaebeom estaba tomando a Youngjae con el único propósito de convertirlo en una concubina, entonces era de esperar que estuviera feliz por su hermano.
Youngjae no era una concubina. Él era el compañero del alfa, y si al resto de la manada le gustaba o no, si Taeyeon tenía problemas para creer en ello, no importaba. Ocupaba una posición de autoridad. Eso era mucho más de lo que otros defectos podrían decir acerca de sus posiciones dentro de sus propias manadas.

Cuando Jaebeom no estaba tratando con miembros indisciplinados de la manada, o el manejo de las finanzas que venía de dirigir su propio negocio de construcción, él y Youngjae recuperaban el tiempo perdido. Youngjae estaba bastante seguro de que habían bautizado todas las habitaciones de la casa, cada planta y cada mesa, teniendo relaciones sexuales en ellas.
Varias veces. Ahora había lubricantes ocultos en casi todos los rincones de la casa, en cualquier lugar que pudiera ser considerado de fácil acceso para cualquier momento en que el alfa en Jaebeom exigiera tener sexo con su pareja.

En un principio, Youngjae estaba avergonzado de estar constantemente con el olor a semen de Jaebeom, pero a medida que pasó el tiempo, y se acostumbró al estilo de vida de la manada, comenzó a disfrutar de ello, a veces pavoneándose alrededor, orgulloso del hecho de que Jaebeom le había marcado y quería su olor en Youngjae.
Los tiempos en que Jaebeom necesitaba dejar salir a su lobo eran absolutamente lo mejor. Debido a que Youngjae no podía cambiar, no pudo participar en algunas de las cacerías, o incluso las actividades regulares que los demás omegas hicieron, como correr por el bosque para mantenerse en forma. Era difícil en los pies humanos estar en movimiento donde no había caminos, pero Jaebeom había querido perseguir a su compañero, darle caza y follarlo en el bosque del mismo modo que otros pares acoplados hicieron cuando estaban en celo, por lo que un pedido en línea con pago extra para que el envío fuera rápido trajo a Youngjae un par especial de zapatos que le permitirían moverse más fácilmente a través de la maleza y ramas, y esta vez llegar más lejos de lo que hizo la primera vez que había intentado huir de la manada.
Eran siempre los mejores. Youngjae había disfrutado hacer al lobo de Jaebeom buscarlo, adivinar dónde había ido y ganar el derecho de hacer el amor con él. Debido a que Youngjae tenía una forma mayormente humana, incluso aumentado en un momento dado, se subió a un árbol deleitándose al ver al gran lobo, negro que era su compañero, correr siguiendo el olor de Youngjae.