Prólogo.

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"Los cuentos de hadas no existen realmente"

Eso era lo que escuché de mi profesora de literatura cada vez que ella lee un cuento fantástico de princesas y bestias. 

Defendía su posición a escudo y espada sin dudar para alguien quien tenía al menos un 70% en su materia de mitos o poemas sobrenaturales. 

Sería gracioso ver su rostro si alguien le dijera que dentro de su clase había una sirena y la reencarnación de una mítica guerrera viendo con ojos divertidos a la persona que negaba con su vida tal hecho. 

Por desgracia, mi linda protectora y amiga Ana, no me dejaba decirle a las personas que podía hacer crecer una cola de pez a voluntad. 

Mi identidad oculta como persona del océano debía permanecer en secreto todo lo que pueda aguantar, al menos mientras no me ataque algún sistema nervioso y mi cola quiera salir. También me gustaría ver que sería más rápido; si las personas sacan sus celulares para grabarme o Ana sacandole ojo por ojo a cada ser vivo que me haya visto. 

Es algo que espero averiguar lo más pronto posible. 

Hace varios años, mi padre tomó una gran decisión..... Vivir entre los humanos. Eso contaba con mantener oculto la mitad de mi ser. Tampoco me quejo por vivir aquí en la tierra, la vida en el mar era algo aburrida y para nada agrable. 

Especialmente porque no había cierto espécimen humano allí. 

Bueno, al menos no respiraba bajo el agua. Aidan Smith era un surfista dedicado que pasaba al menos ocho horas diarias en el mar paseando las olas. Era un humano con tez morena, ojos cafes y esbelto. Oh, también es atento, amable y cariñoso. 

Ah, y no se fijaba en mí. Soy una roca en el camino para él. 

Pasaba todos los días por la puerta de mi casa, la cual estaba practicamenre a una calle de la playa de San Eduardo a la que él asistía casi todos los días. Pero con sus amigos, Matt y Alex. Aidan no tenía ojos para otra cosa que reirse a carcajadas con sus mejores amigos. 

Bajo el mar, era la futura reina legítima del Reino de Atlantis. 

En la tierra, sólo era una simle chica que miraba al chico de ojos encantadores...


Mirarte a escondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora