Capitulo 2

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Aidan:
—Es sólo una tarde .— Repetí hacia mi amigo.

Creo que era la sexta vez que lo veía rodar los ojos en menos de 10 minutos que llevo aquí.

—Hace demasiado calor, odio que la arena se me meta en el trasero y el agua sólo hace que quiera escupir.— Se queja Matt volviendo su entera atención al teléfono, cual estaba en un chat que no debería tener mucha inteligencia para entender que era de alguna chica.

—¿Cuántas veces yo estuve al rayo del sol por de tus partidos? - Le recordé.— ¿Alguna vez yo te obligué a ir? - Susurra—. Querías ver a las porristas, no me culpes.

—No soy tan asqueroso como tú.— No lo manifiestas como yo, Aidan.— Ah, ahora si deja su teléfono de lado—. Créeme, nadie quiere un psicópata oculto.

—Por eso es que tú lo dices a los cuatro vientos.— A veces quería estamparle el rostro contra la pared, pero sabía que Hoseok no me dejaría hacerlo. Así que decidí observar a mi otro amigo, quien se encontró recostado en el sofá de la habitación, viendo la situación mientras tomaba su vaso de gaseosa. -Ayuda.- Susurré a Mark haciéndome a un lado.

Mark dejó su vaso en la mesita de luz antes de sentarse correctamente en el lugar para mirar de frente a Matt.

—¿Qué significa playa para ti? -cuestionó él. Matt iba a abrir la boca, pero quedó a mitad del camino de su queja antes de que Mark continuara.— Chicas en bikini, Matt.

Eso le había hecho fruncir el ceño con tanta profundidad que pareciera que se le iba a quebrar el rostro en cualquier momento, pero dio un respiro profundo antes de volver a mirarme.

—¿A qué hora quieres que vaya?— Me pregunta. Y realmente quería gritarle que no vaya si no era para verme competir como buen amigo que se supone que era.

—Comienza a las 4, pero tengo que estar allí a las 2.— Comunico con tranquilidad, volviendo a Mark para darle un choque de puños por un trabajo bien hecho que podría habérseme ocurrido antes.

A veces me preguntaba por qué era mi amigo. Luego recordaba que lo aprendí a querer desde los cuatro años y esa pregunta se iba al fondo del océano, porque sabía que en el fondo, si yo necesitaba algo de vida o muerte, el sería la primera persona en ayudarme.

—¿Hablaste con tu padre?— cuestionó Mark, a lo que yo negué con la cabeza.

—Dejó bastante en claro que no iba a apoyarme si no implicaba un traje y un puesto en su empresa.- Susurré.

Mis padres eran exigentes, sí.

En su mente solo había espacio para investigar la manera de traer más dinero a casa, y creo que eso era algo que realmente me conectaba con Matt.

Su padre era el abogado de confianza del mío, CEO de una de las empresas más importantes de Estados Unidos.

Pero a diferencia de mi amigo, yo nunca quise manifestarme como un adolescente rebelde como él.

El problema era que aun sin descuidar mis estudios, y tener las mejores notas en mi clase, si esos estudios no me llevaban a un puesto alto en la empresa de mi padre, a él no le interesaba realmente, y todo sería una decepción para él .

De igual manera, intenté que eso no me afectase y seguí con mi carrera de biólogo marino, por mucho que a él le fuera un grano en el trasero que su hijo mayor tuviera un trabajo que no le diera tantos ingresos.

Seguía viviendo con él, pero sólo era por el simple hecho de que no quería dejar a mi hermana menor con ellos, porque ya me parecía demasiado que viviera para lo que sus libros le dijeran. No quería que se sintiera más sola.

Mirarte a escondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora