🦆P🚬

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La playa era bastante solitaria en esta época del año. Caminar hasta ella y sentir la salada brisa despeinar hasta el último cabello era algo que disfrutaba. Las gaviotas, el romper de las olas y la falta de sol, me recordaban a mi niñez. Recuerdos dorados.

Caminaba hacia mi hogar, eran 7
minutos a pie. A veces un chico paseaba a su perro y nuestras miradas se comían. Sus ojos castaños, inspiraban algo tan profundo, algo como un "secreto" Un secreto que quería descubrir.
Su cabello era un tanto largo, tenía un piercing y barba. Algo me atraía, hasta el punto de mi cerebro consumir un cóctel de hormonas y sentimientos.

Solía siempre tomar la iniciativa, pero esta vez quería que él se acercara primero.
Pasaban los días, quizás por nuestro horario siempre nos topábamos... quizás.
A veces pasábamos a centímetros de distancia, era más alto que yo, tenía varios tatuajes.

Hoy tendría un nuevo paciente, a veces nunca sabes con qué te vas a encontrar en la consulta. He tratado a bastantes personas, todas completamente distintas. Varias con ansiedad, otras con algún trastorno obsesivo compulsivo, muchas con depresión, personalidad limítrofe, algunos con problemas de ira... en fin, cada historia explicaba el resultado, cada infancia, sucesos que a vista de ellos eran irrelevantes y otros pacientes que simplemente querían poner orden en su vida.

Cada vez que llegaba un paciente nuevo, me emocionaba. ¿con qué me iba a encontrar?
- Buenas tardes señor Luis - un hombre de mediana edad entró a la deprimente consulta. En fin, el señor tenía problemas desde que se divorció.
Pasaron más días y más semanas. Nuestro juego de miradas cada vez se encendía más. Cada día era como un bidón de gasolina que encendía la llama. Este Jueves tendría otro paciente.

Una jovencita de 23 años, tendencias narcisistas... un tanto difícil de tratar. La derivé a psiquiatría.

La arena quedaba en mis zapatos, mi cabello pegajoso por la brisa. Una ducha tibia era lo mejor de llegar a casa. El señor del mes pasado no volvió, la señorita no fue a tratarse, al parecer creía que el psiquiatra era para "locos"

Otro paciente más, la mayoría no seguían un tratamiento, creían que se mejoraban y a los meses volvían peor... era un círculo eterno, que solo lucraba a la consulta... y a mi.
- Buenas tardes... - el chico... era él
- David. Hola, buenas. - nunca creí que lo iba a encontrar en mi consulta.
- Antes qué nada, no creo en estas cosas de los psicólogos y mierdas así... - no pude aguantar la risa y me reí, iba contra el protocolo, pero nunca creí que fuese así.
- está bien... está bien, muchas personas dicen lo mismo.
Hablamos, lo normal. Quería ponerle pies y cabeza a su vida. Olvidamos que estábamos en una consulta médica y hablamos como si estuviésemos en una cita. Al no tener más pacientes en la tarde-noche, hablamos de fácilmente dos horas.

- me permites acompañarte? Ya son las 20:00.
- por supuesto - caminamos hacia mi casa, en dirección a la playa. Todo iría en contra del protocolo, pero lo deseaba... nuestras miradas lo decían todo.

- Espera - dijo
- Qué pasa?
- Eres tú la chica con la cual siempre cruzo mirada? - estaba nervioso, era un pregunta muy incómoda si no fuese aquella persona.
- Sí... - nos acercamos de apoco, era tan hermoso, sus ojos me llamaban, sus labios, todo en él.
Terminamos besándonos, el ruido de las olas y el silencio de la noche, el olor a mar.
Sus besos sabían ligeramente a tabaco.

Hasta qué el sol deje de brillar |||One shots Streamers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora