Sin Fronteras

Capítulo 5: "Mí mejor amigo"

Capítulo 5: "Mi mejor amigo"

Su vista se mantuvo clavada en el joven que tenía adelante. Caminó de un lado a otro impaciente y con el puño apretado, sintiendo una rabia incontrolable que casi se salía de su ser. Se llevó una mano al mentón intentando calmarse y luego de eso, sus ojos rojos como la misma sangre se volvieron a clavar en el chico.

- Eres un inútil... no sirves para nada... no pudiste acabar con ella... y eso que es tan solo una mocosa- Dijo con la voz gutural.

- Lo lamento mucho señor- Se disculpó el otro- Estaba a punto de hacerlo cuando llegó ese medio demonio e interrumpió mi trabajo- Explicó.

- ¿Medio demonio?- Repitió el hombre sin comprender.

- Sí, Inuyasha... -

- ¿Inuyasha?... ¿Acaso dijiste... Inuyasha?-

Una sonrisa se dibujó en su rostro y de pronto con un golpe certero partió una mesa que tenía enfrente. El chico se sobresaltó ante el ruido y luego miró a su amo que tenía la vista clavada en el suelo. Al instante comenzó a reír a carcajadas, las que provocaron un escalofrío en el joven que se estremeció de pies a cabeza.

- ¿Amo? ¿Se encuentra bien?-

- ¡¿Cómo fue que Inuyasha llegó hasta ahí?!- Bramó fuera de control.

- Lo lamento señor, no pude hacer nada-

Un silencio inundó el lugar. Uno que fue eterno y bastante perturbador. El hombre se encontraba mirando el suelo, concentrado, pensando, ideando. Una nueva sonrisa se cruzó por su rostro y esta vez miró a su sirviente con los ojos brillantes y llenos de maldad. Caminó hasta rodear al chico que lo miraba expectante.

- Pues... debemos hacernos cargo de él. Ten esto- Dijo dándole un papel- Ve a ese lugar y sigue las instrucciones-

- De acuerdo amo- Respondió él mientras que se retiraba.

- ¡Hakudoshi!... - Lo miró con maldad- esta vez... no quiero errores-

- No los habrá, señor- Contestó intentando salir lo más rápido posible de ahí.

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- Pero... ¿Por qué?-

- Lo siento Sango, pero debo ocuparme de esto... lo sabes... -

- No puedo dejarte, estarás sola... Además... -

- No lo estará-

La voz masculina sorprendió a ambas chicas. Kagome sonrió y Sango frunció el ceño con molestia mientras que observaba con fastidio al chico que acaba de entrar al cuarto de su prima. Kagome siguió acomodando sus cosas, mientras que la castaña inspeccionaba al joven de arriba a abajo molesta.

- ¿Y cómo sé que puedo confiar en ti?- Preguntó con molestia.

- Ay Sango, ¡no seas dramática!- Se rió su prima.

- No soy dramática, él es... un mitad demonio- Comentó con desconfianza.

- Podemos confiar en Inuyasha... - Respondió ella.

- Además... no voy a comérmela- Se burló el chico con una sonrisa.

- Calla, o bien podría eliminarte- Amenazó.

- Inténtalo- Desafió Inuyasha.

- Ya basta los dos- Se quejó Kagome que terminaba cerrando su valija.

- ¡Ella comenzó!- Se defendió Inuyasha. De pronto un boomerang enorme le dio en la cabeza- ¡Maldita seas!- Gritó con rencor.

- ¡No vuelvas a desafiarme!-