15: Doctor kitten.

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Un grito agudo y alegre salió de mi garganta mientras saltaba en la cama con el teléfono pegado a mi oreja.

—¡Lo sabía!

Jisung se rió del otro lado.

—No mientas, Jeongin, eso es imposible.

Me reí también. Me daba igual que me hubiera pillado, estaba demasiado feliz como para preocuparme o ponerme a discutir con él.

—Vale, no lo sabía —acepté. —¡Pero sigue siendo genial! Ahora podremos hacer citas dobles y competir en los bolos y ver películas y...

—Lo entendimos, Jeongin —me interrumpió Minho con una carcajada.

Volví a gritar porque estaban juntos, compartiendo el teléfono, y no había nada que me hiciera más feliz en ese momento. No podía dejar de dar saltos en la cama de Hyunjin, notando como la coleta se movía al ritmo de mi cuerpo, e imaginando en mi cabeza esa forma de conocerse que ambos acababan de explicarme. Minho nunca me había dicho que su primo hiciera piercings y mucho menos que él le ayudara de vez en cuando.

—Entonces... ¿no te molesta que te lo hayamos ocultado?

—Que más da —me dejé caer de rodillas en el colchón, aunque seguí dando saltitos. Tiré de la sudadera de Hyunjin hasta que me cubrió las rodillas —Pero me deben una cena.

—¿Y eso por qué?

—Porque yo lo digo.

Escuché la risa escandalosa de Jisung del otro lado, orgulloso de oírme hablar así. Minho, por otro lado, parecía confuso. Él nunca me había visto ni oído cuando hablaba de Hyunjin o estaba en su casa como en aquel momento, mientras esperaba a que volviera de esa improvisada reunión de sábado por la noche. Volví a ponerme en pie y miré mis calcetines, bueno, los suyos, pero ahora eran míos porque estaban en mis pies.

—¿Quieres que quedemos hoy?

Negué con la cabeza, aunque sabía que no me podían ver.

—Estoy con Hyunjin.

De un salto, me dejé caer en el colchón boca arriba.

—¿Sigues llamando "Hyunjin" a tu novio? —preguntó Minho, haciendo que me ruborizara y Jisung estallara en carcajadas.

—Ahora te lo explico. Ya te llamaré Innie.

La vergüenza no me dejó contestar. El pitido me indicó que acaban de colgar, así que solté el móvil y me tapé la cara con las manos. No, no llamaba a mi novio por su nombre. Ni él a mí tampoco. Y solo nosotros dos y Jisung lo sabíamos; a no ser que Hyunjin se lo hubiese contado a alguno de esos amigos que yo suponía que tenía, pero de los que él nunca había hablado. Pero mi Daddy no podía ser un marginado.

La puerta de entrada se cerró de golpe y yo me levanté del mismo modo, bajé de la cama de un salto, sali de su habitación y corrí por el pasillo. Al verlo abrí los brazos para apretarlo entre ellos. Al reconocer que estaba enfadado, dejé de correr para caminar despacio hasta llegar a su lado y observar como se arrancaba la corbata del cuello y se frotaba el pelo con fuerza, despeinándose rabioso.

—Ho-hola —me moví sobre mis talones, nervioso. Quizá debía irme. Nunca lo había visto así, tampoco sabía lo que le pasaba y lo último que quería era enfadarlo o molestarlo. Me mordí el labio.

Él soltó aire por la nariz como un toro. Jugué con las mangas de la sudadera mientras esperaba una respuesta o cualquier cosa que me dijera qué debía hacer, si preguntar, irme, quedarme, lo que fuera.

—¿Has cenado ya? —preguntó, pasando por mi lado sin mirarme, golpeando el suelo con los pies de camino a la cocina.

Lo seguí tan rápido como pude.

Daddy. || Hyunin♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora