Olvídate...

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Hay días pacíficos y brillantes en Mobius, donde la gente puede tomarss un día libre sin tener preocupaciones... pero nuestros héroes no son de los que tengan disponible todo el tiempo del mundo, y un claro ejemplo era lo que estaba sucediendo justo ahora.

— ¡Egghead! No puedes huir por siempre, sabes muy bien que no me llaman la cosa más veloz del mundo por nada — decía un erizo azul con su característico tono burlón de siempre.

— ¡No estoy huyendo! Yo jamás huiría y menos de ti — su clásico enemigo se vio ofendido por la acusación de ese erizo y detuvo su vehículo volador para encararlo.

Eso era justo lo que Sonic esperaba.

— El que está en problemas ere tú roedor, todos los habitantes de Mobius están en peligro bajo la amenaza de mis robots, los cuales explotarán si no obedecen mis órdenes. Ahora deberás temblar de miedo — lo dijo todo con burla y riéndose maléficamente.

Pero Sonic ni se inmutó con su amenaza, más bien amplio mucho más su sonrisa.

— ¿Por qué no estás temblando o tratando de ir a ayudarlos? — su tono de superioridad disminuyó.

Sonic sólo negó divertido y activó su comunicador — Tails, ¿cómo van las cosas por allá, hermano? — se aseguró de que Eggman escuchará claramente.

Lo hemos logrado, desactivar a los robots ha sido pan comido — respondió la voz del pequeño zorro al que Sonic consideraba su mejor amigo y hermano.

— ¿Qué...? — Eggman preguntó sin poder creérsela.

— Gracias hermanito, eso es todo lo que necesitaba saber.

Espera... es que Amy... — pero Sonic ya no escuchó el resto cuando apagó su comunicador.

— Ahora Egghead... sólo quedas tú y fin del juego — lo amenazó para ponerse en posición de pelea.

— No me vencerás tan fácilmente — presionó algunos de los botones de su vehículo y disparó misiles para tartar de explotar a Sonic, pero como era de esperarse, este ni sudó cuando los esquivó con extrema velocidad.

— ¿Eso es todo lo que tienes?

Eggaman gruñó y decidió cambiar su estrategia, agarró dos palancas y le empezó a disparar láseres mucho más rápidos que los misiles de hace un minuto.

Algunos casi rozaban al erizo pero los esquivaba con facilidad, saltando, dando piruetas y hasta burlándose de Eggman, lo que lo hacía enfurecer mucho más.

Por más que Sonic se estuviera divirtiendo, no podía negar que los láseres le estaban estorbando, tenía que dar un spin rápido para mandar a volar muy lejos a Eggman de ese lugar, pero si se acercaba mucho, por más veloz que fuera un láser lograría darle seguramente. Primero tendría que deshacerse de sus armas.

— ¡Quédate quieto aunque sea una vez!

— ¿Quieto...? Es como si no me conocieras Egghead — respondió dramáticamente con falso dolor.

— Grrrrr.

No encontraba una abertura libre para darle a sus armas, estaba comenzando a fastidiarse... hasta que...

— ¡Sonic!

Los dos se detuvieron un segundo para ver de quién se trataba y con una fuerza increíble, las armas de Eggamn fueron destruidas por un enorme martillo de color rojo y amarillo.

— Llegué a tiempo — soltó con poco aliento de tanto correr.

— ¡Amy! ¿Qué haces aquí? — le preguntó algo enfadado por su repentina aparición en la batalla.

¿Qué es lo que deseas...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora