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Madeline

Tuve que cubrir un turno del sábado a la noche. A las seis menos cuarto baje con mi uniforme puesto y los patines en la mano lista para relevar a Agatha

-ay gracias que bajaste, necesito un descanso- me abrazó mi compañera de casa y de trabajo mientras me dejaba el trapo en la mesa y atinaba para sacarse los patines antes de subir

-esperá que me pongo los míos antes de irte- la reté y nos sentamos juntas en un banco atrás del mostrador. Nos cambiamos y nos dimos un abrazo final -anda a mirarlo a lucas cuándo subas y dale la leche- ordené y ella se fue al departamento arriba del café

La oleada a la hora de la cena fue más fuerte de lo que pensé. Me tuvieron de un lado para el otro toda la noche

A la una menos diez me puse a limpiar ya para cerrar lo más antes que pueda e ir a descansar, no doy más. Divisé un auto negro frenar justo en la puerta y me puse a rezar para que no vaya a entrar acá, mis plegarias no fueron escuchadas y un señor entro por la puerta

-hola, perdón por la hora- se anunció en cuanto entro y sonó la campanita de la puerta

-dame un segundo que ahí te atiendo- me puse a putearlo internamente mientras terminaba de pasarle un trapo al mueble -ahora sí, decime-

-¿sanguchitos de miga tienen?- preguntó mirando por todos lados

-sí, de este lado tenes- lo lleve a otro mostrador disimulando la paja que tenía -¿cuantos precisabas?-

-dame...- se puso a pensar con una cara de bobo -tres docenas surtidos pero no me pongas de lechuga- me puse a preparar el pedido

encima que viene a la una de la mañana, exquisito

-la docena está cuatrocientos ochenta así que serían mil cuatro cuarenta- le cobre y casi volé a la caja para despacharlo lo más rápido que podía. Quiero mi cama

-quedáte con el cambio- se agrandó dándome dos mil pesos y yéndose -gracias por atenderme a esta hora-

-un placer- llegue a decirle falsamente antes de que cierre la puerta

Mi día no podía ir peor, ahora tenía que hacer el recuento de la caja y cobrarme la propina

Finalmente a la una y veintitrés cerré la puerta y subí corriendo hasta casa. Me cambie en el baño donde Agatha me había dejado el pijama para no despertar a lucas buscándolo y solo entrar para acostarme, se lo agradecí

No pude dormir en toda la noche por lo familiar que me resultaba el señor, debo haberlo visto en algun lado pero no recuerdo donde y la duda me carcomía

Al día siguiente me levanté temprano como todas las mañanas, salí haciendo el menor ruido posible para no despertar a lucas y me dirigí a la cocina en donde me encontré a Agatha preparando la matera para ir a tomar afuera, sola

-buen día Agui- la salude con mi cara de muerta y puse la pava para prepararme un café batido, como todas las mañanas

-que carucha nena ¿no dormiste?- cuestionó haciéndole la montañita al mate

-ni me digas nada. Anoche vino un chabón antes de cerrar y yo le vi cara conocida pero no sé quién es- le conté sacando el café de la alacena y poniendo dos cucharadas del polvo junto con dos cucharadas de azúcar en mi taza favorita

-describímelo a ver si lo conozco- me animó mientras guardaba el termo, el azúcar y la yerba en el estuche

-emm... más alto que yo, ponele uno ochenta, castaño, barbudo, ojitos claros, patitas de tero, voz gruesa y carrasposa- empecé a enumerar mientras batía la mezcla

-no tengo idea Mad- respondió pensativa -pero si vuelve le pido el nombre-

-gracias Agui, te amo- respondí mientras le ponía la leche a mi bebida y ella salía hacia el balcón para desayunar y limpiar la pileta para cuando lucas se despierte

Mientras tanto, yo me dedique a tomar mi café en silencio sentada sobre la mesada. En el fondo también puteando por haber reemplazado un turno de la noche y tener que hacer mi turno del mediodía. Molida es poco

-buen día mamá- me saludo Luca frotándose un ojo

-buen día papito ¿como dormiste?- le di un abrazo y empecé a prepararle la leche. Si el está despierto significa que mi turno esta por empezar

-bien mami ¿vos?- se apoyó en la mesada junto a mi mientras yo me apuraba con su chocolatada

-toma hijito, yo bien papi. Tengo que ir a trabajar. Nos vemos más tarde, te cuida la tía Agui- le tendí la bebida, bese su frente y deje mi taza en la bacha antes de agarrar mi uniforme y bajar antes de que la jefa se dé cuenta

-buen día- me anuncié después de que la campana sonara tras de mi

-al fin Madeline- mi jefa me recibió con una cara de culo

-no me digas nada, ya me cambio y me pongo a trabajar- pasé al lado suyo y me dirigí al baño para cambiarme, no sin antes dejar mis patines atrás del mostrador para ponérmelos después

-Martin, no podes venir a cualquier hora- comenzó a amenazarme a través de la puerta

No le conteste nada y me cambie lo más rápido que pude mientras pensaba una respuesta. Después de cambiarme salí para ponerme mis patines

-anoche cerré media hora más tarde porque antes de cerrar vino un flaco. No me podes decir nada- la corrí un poco para que no tape mi camino

-esa no es excusa para llegar tarde, Martin- me recriminó mientras terminaba de atarme el primer patín -después de tantos años teniéndote acá y que me hables así me sorprendes

-si querés que venga en horario subíme el sueldo y lo pienso- la corté menos diez, agarre el trapo de la mesada y me puse a limpiar los muebles

El reloj marcaba las once y cuarto, el local todavía se encontraba vacío pero en algunos minutos la gente estaba por comenzar a llegar

Una fan - wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora