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Era Lunes, los días habían pasado y todo parecía marchar normal, o por lo menos, como siempre es.

Doyoung había faltado una semana a la escuela. Los demás iban a visitarlo todos los días, en especial Junkyu acompañado de Mashiho en algunas ocasiones.

Era hora del receso, y el grupo estaba en el patio de la escuela, al aire libre, algunos sentados en el pasto, y otros como Asahi sentados en una banca como persona normal.

Doyoung miraba el pasto detenidamente, mientras arrancaba un poco del mismo.

Junkyu lo notó su comportamiento. - Sucede algo? Doyoung?

Al escuchar su nombre, Doyoung alzó la vista y miró a Junkyu. Los demás también lo miraron. - Me di cuenta de algunas cosas... - habló en voz baja. - Duré una semana sin venir a la escuela, pero ninguna de las que pensaba eran mis amigas. - bajó la mirada. - Preguntó por eso.

Haruto, quien estaba acostado en el suelo con sus manos detrás de su cabeza, alzó las cejas con una sonrisa burlona. - Pensé que ya sabías que esas personas no eran tus amigas. - Doyoung lo miró. - Debiste saberlo desde hace mucho.

Doyoung formó una mueca.

- Creo que estás siendo muy duro con tus palabras. - habló Hyunsuk a un lado de Jihoon.

- Haruto tiene razón. - dijo Asahi. - Desde hace mucho, Doyoung debió notarlo. - miró al nombrado con neutralidad. - Tú mismo lo dijiste, Doyoung, que esas personas no eran tus amigos.

Doyoung asintió y se mordió el labio. - Pero tenía la ligera esperanza de que se preocuparan.

Haruto se sentó y lo miró raro. - Vamos... ese no es el Doyoung que conozco.

Doyoung levantó la vista y asintió con una pequeña sonrisa. - Tienes razón. - miró hacia otro lugar. - Esas malditas no tienen poder contra mi.

Todos soltaron una risa pequeña al escucharlo.

Jihoon miró fijamente a Doyoung, se acercó un poco y le tocó el hombro. - No está mal pensar en eso, Dobby. - le sonrió. - Fueron las únicas personas con las que estuviste antes de nosotros.

Doyoung le sonrió, sintiéndose un poco tranquilo por las palabras de Jihoon.

Sabía que esas personas no eran sus amigas desde hace tiempo, pero estuvo con ellas desde que la escuela inició, y mantuvo esa tonta esperanza de que se preocuparan por él.

El receso acabó y todos volvieron a sus salones, Hyunsuk acompañó a Doyoung, pues el salón del pelirojo quedaba cerca de su salón.

- Hoy inicias la terapia? - preguntó Hyunsuk después de despedirse de los demás.

Doyoung asintió mientras caminaban. - Mi mamá vendrá por mí. - soltó una exclamación. - Cierto! - lo miró. - No se los dije. Mi mamá vendrá por mí en mi última clase, así que no podré despedirme.

Hyunsuk negó. - Tranquilo, yo les digo.

Doyoung le sonrió. - Gracias.

Llegaron al salón de Doyoung, en donde se despidieron y Hyunsuk caminó a su salón. En el camino, se encontró con dos personas caminando frente a él. Pero una de ellas parecía estar huyendo de la otra.

- Te lo dije, Jen, eso no te importa. - escuchó la voz de uno de los chicos.

- Sólo quiero saber en dónde, Jaemin, no confías en mí?

El chico que parecía huir, se dió la vuelta para encarar al contrario, pero notó a Hyunsuk, por lo que se le quedó viendo.

Hyunsuk bajó la mirada, y con los labios apretados y su corazón latiendo dos veces más rápido gracias a la mirada el otro chico, empezó a caminar, esquivando a ambos chicos.

Generation Why ● TreasureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora