Capítulo 4

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El príncipe Kenma guardó partida y se levantó, le indicó en el mapa donde estaba la sala de reuniones del castillo a T/N, y luego le dijo que fuera rápido a la biblioteca (lugar que estaba cerca de la sala de reuniones), a coger papel y tinta para escribir.

T/N hizo caso, y fue corriendo a coger el material.

  En la sala de reuniones estaban todos sentados alrededor de una larga mesa. El rey estaba sentado en la cabeza, con su esposa a un lado y con su hijo al otro. Habían miembros de la corte, algunos guardias y algunos del ministerio. T/N entró cerrando la puerta lo más sigilosamente posible. Su hermano se dio cuenta de su presencia y le saludó asintiendo la cabeza, T/N se sentó a su lado.

Un ministro comenzó a hablar:

—Hemos recibido una advertencia por parte de los reinos vecinos de un reino en concreto que está ganando fuerza. El reino en cuestión es el Karasuno.

  Se oyeron murmullos en la sala, casi nadie presente en la sala había oído hablar de ellos, excepto por algunas personas quienes ponían cara sorprendida. T/N iba apuntando todo rápidamente.

  —Hemos pensado en que lo ideal sería ir a investigar por nuestra cuenta, también para tener fuentes fiables. Aún no hemos ideado el plan, pero cualquiera recomendación e idea es escuchada.

.:.:.:.

Acabaron la reunión. T/N pensaba que había podido apuntar todo, ahora sólo tenía que pasarlo a limpio... Eran unas diez hojas, la reunión si que resultó ser larga. El comandante de los caballeros Nekomata, propuso hacer que alguien de confianza se infiltrara en la corte del Karasuno, pero a la vez tenía que ser alguien a quien dejarían entrar.

  También hablaron sobre una academia de magia o algo así, T/N no se enteró mucho, pero tenía la esperanza de que o su hermano o su padre hubieran apuntado algo de eso.

  Caminando, pasó por enfrente de la habitación de Kenma. Recordó que aún no le había hecho la pregunta que quería hacer antes, pero se le olvidó por culpa de la reunión.

  —Pasa—dijo una voz proveniente del interior de la habitación.

  T/N se asomó por la puerta semi abierta.

  La habitación del príncipe era muy grande, tenía un espacio reservado para videojuegos y tecnología, también había una larga estantería con figuras de personajes de videojuegos, y series, o al menos eso suponía T/N. La cama central era muy grande, incluso cabían unas cinco personas. T/N miró toda la habitación, intentando no ver mucho detalles, pero era imposible, todo era muy interesante.

El príncipe Kenma volteó la cabeza, después puso una pequeña expresión de asombro.

—Pensé que eras Kuroo...

—Pues no. Perdón si molesté o interrumpí algo, ya me retiro—procedió a cerrar la puerta.

—No, no. Tranquila, es más, podrías quedarte. Cuando hablamos antes parecías interesada en los videojuegos, por lo que te daré el honor de jugar un rato conmigo.

—¿¡En-en serio!? Como ya ha dicho, ¡es un gran honor! El problema es que no se si sabré jugar bien...

—Yo te enseñaré. Por eso empezaremos un juego fácil.

*.*.*.*.*

   Pasaron los días, T/N de vez en cuando jugaba con Kenma, pero incluso a veces se unía Aether. El príncipe Kenma parecía feliz por poder jugar con alguien.

—Su alteza Kenma. ¿Puedo hacerle una pregunta?

—Claro—respondió sin apartar la mirada de la pantalla.

—No se si soy yo, o últimamente parece que esté evitando a Sir Kuroo.

Kenma dejó de jugar y se quedó mirando fijamente a la pantalla, aunque su personaje hubiera muerto, no mostraba expresión alguna. T/N tenía miedo de haber dicho algo malo. Cuando estaba por disculparse por entrometerse en donde no debía, el príncipe habló.

—No se por qué lo dices... Es solo que tiene mucho trabajo, y no me gustaría molestarlo.

—Oh vale. Seguro que malinterpreté algo. Discúlpeme por favor.

—No pasa nada... ¿Podrías retirarte? Me gustaría estar solo.

—Claro que puedo, con permiso.—T/N se retiró silenciosamente.

—IDIOTA, YA LA FASTIDIASTE—se reprimía T/N—Ahora no querrá saber nada de mí...

Los pies de T/N la llevaron al jardín. Las flores emitían un olor dulce y agradable, también olía a tarta de manzana recién horneada, seguramente sería para el príncipe Kenma. Tan solo pensar en él, hizo que T/N se estremeciera.

En el patio estaban los guardias descansando. Reconoció a Sir Luxor, quien estaba hablando con un par de guardias más. Por otro lado, había un chico de pelo blanco hablando con...¿sir Kuroo? T/N pensaba que el príncipe Kenma al referirse que sir Kuroo estaba ocupado, se referiría a que estarían en el lugar de caballería, no en el patio del castillo. Intentó acercarse más, pero por alguna razón no podía. Pero también por alguna razón, podía escucharlos hablar perfectamente a pesar de estar a una distancia donde normalmente no se les escucharía.

  —Es que, es que ¡ES MUY HERMOSO! ¿Tú has visto esos ojos? ¿Esa delicadeza? ¿Esos labios?

—Ya para, se que lo quieres mucho y que estás súper enamorado. Pero nos podrían escuchar.

De repente, T/N dejó de poder escuchar la conversación.

—Son interesantes, ¿no?—le dijo una voz a sus espaldas. Le sonaba haber escuchado esa voz en algún lado.

—¿Quiénes?

—Esos dos guardias. Por separado parecen súper inteligentes, pero juntos parece que compartan una misma neurona.—T/N lo no veía, pero podía intuir que estaba sonriendo.

—Supongo, no los conozco tanto, así que no podría opinar. No me gusta opinar sobre algún tema del que no tenga mucho conocimiento.

—Me pasa lo mismo.

—Por cierto, ¿cuál es-?—cuando T/N sintió que se podía mover, se giró para ver quién era la persona quien le había hablado, pero no vio a nadie. "Que extraño", pensó "no podía moverme cuando estábamos hablando, lo más seguro es que no quería que yo supiera quién era él."

Los guardias volvieron al entrenamiento. Muchos cogieron sus armas y se pusieron en posición de ataque.

T/N se retiró a su habitación. Pensando en luego ir a la biblioteca del castillo para poder pasar el rato y pasar todo a limpio.

Los Reinos de Haikyuu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora