Capítulo 3

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  —Disculpad, lo siento si os he asustado, no era mi intención...Bueno, mi intención inicial era que no me descubrierais.

—¿Quién es usted?—preguntó T/N.

—Emm...¿Podríamos hacer como si esto nunca hubiera pasado? ¿Y como si nunca me hubierais visto y yo a vosotros tampoco?—su voz era un poco áspera y suave, también sonaba como si estuviera desinteresado por alguna razón.

—Me niego.—dijo Aether—Nos gustaría saber quién es y por qué nos ha estado siguiendo...

  —Es que me metería en problemas.

  —¿Entonces por qué nos siguió?—preguntó T/N.

  —Quería salir a dar un paseo por una vez en mi vida...

  —¿Disculpe?—T/N le miró extrañada.

  El individuo se quitó la capucha lentamente. Dejando ver sus cabellos cayéndose por los hombros y sus ojos ámbares clavándose en la mirada de T/N.

  —Prin-¿¡PRÍNCIPE KENMA?!

  —Sí... No se lo digáis a nadie.

  —¿Hay alguna razón por la cual nos haya seguido...su... eehh, alteza?—preguntó T/N.

  —Me pueden decir Kenma si gustan. Y sí, hay una razón.

  —¿Nos la podría decir, por favor?

  —Es algo así como que nunca me dejan salir por alguna razón que desconozco. Y al ver que vosotros ibais a dar una vuelta, aproveché la oportunidad... Así también podría ver algo de la capital.

  —Pero, ¿sus padres no se preocuparían? ¿Y los guardias?

  —Los reyes siempre están trabajando, y en cuanto a los guardias... Mi guardia de compañía piensa que estoy jugando videojuegos en mi habitación, y no suele molestar al no ser que sea extremadamente urgente. Así que no hay problema.

  —¿El guardia de compañía de vos es el que estaba de pie en el desayuno junto a usted?

  —Sí, el caballero Sir Kuroo. Pero no pasa nada, aunque descubriera que no estoy en mi habitación no creo que monte un escándalo.

—Si usted está tan seguro...

  —¿Les importaría si voy con vosotros? Obviamente manteniendo cierta distancia por si acaso.

  —¿No sería más seguro para vos volver al castillo?

  —Eso dicen todos, aunque sigo sin saber la razón. Así que aprovecharé esta oportunidad.

  —¿Y si le pillan?—preguntó Aether curioso.

  —Ya me inventaré alguna excusa.

  —Vale... entonces, ¿nos ponemos en marcha?

  —Sí hermano, vamos. Su alteza Kenma, tenga cuidado por favor.

  Terminaron de comer rápidamente y también le dieron un poco a Kenma, aunque sólo le dio unos pocos mordiscos, al parecer no tenía nada de hambre.

Hicieron la visita. Pasaron por la gran mayoría de las zonas más bonitas y divertidas, por lo que tuvieron una buena tarde. Al principio el príncipe Kenma no quería abrirse mucho, pero al final los hermanos consiguieron hacer que se sintiera cómodo.

—Por cierto,—empezó a decir Kenma—si es posible, tampoco escribáis sobre esto por favor.

—Pero, ese es nuestro trabajo.—añadió Aether.

—Sí... Pero técnicamente aún no habéis empezado vuestro trabajo, empezabais después de comer, así que aún no debéis de escribir nada.—añadió Kenma encogiéndose de hombros.

Volvieron al castillos cuando ya vieron que era casi hora de comer, y seguramente estarían buscando al príncipe Kenma. Cuando llegaron, Kenma se fue rápidamente por un pasadizo, les dijo a los hermanos que no se preocuparan por él, así que estos hicieron caso y entraron al castillo como si nada.

  —KENMA, ¿DÓNDE ESTABAS?—preguntó el caballero sir Kuroo intentando no alzar la voz.

  —No es de tu incumbencia.—respondió secamente Kenma apartando la mirada.

  —Estaba preocupado. Llamé a tu habitación para darte tarta de manzana pero no respondías ni salían sonidos de la habitación.

—Hubieras empezado por ahí.

—¿Por mi preocupación?

—No, por la tarta. Ahora acompáñame y dame un trozo que quiero comer tarta de manzana.

  Y el príncipe Kenma entró como si nada en el castillo. Seguido por su guardia de compañía Kuroo, quien le miraba con cara preocupada, esperaba que no se hubiera metido en líos.

  Después de comer, oficialmente empezó el trabajo de la familia escriba.  Aether estaba cansado así que se echó una siesta. Mientras que a T/N le apetecía explorar más el castillo, le preguntó al guardia Sir Luxor si podía ir a explorarlo, este le dio un mapa con las zonas permitidas para ellos. T/N lo tomó, y primero se fue al jardín real.

  Vio al caballero Sir Kuroo corriendo hacia alguna parte, pero no se dio cuenta de la presencia de T/N. T/N pensó en que el príncipe Kenma debería de estar por ahí cerca, ya que dentro del castillo no se separaba de su caballero.

  Caminó por la dirección en la que vino Sir Kuroo, y en efecto, se encontró al príncipe sentado en un banco de piedra jugando a un aparato electrónico. T/N se acercó sigilosamente, procurando no interrumpir.

  —MALDITA SEA, ES IMPOSIBLE MATAR A ESTE JEFE. YA LO HE INTENTADO COMO SEIS VECES Y ME HE QUEDADO SIN PERSONAJES, TODOS MUERTOS. ¡QUÉ MÁS QUIERES DE MÍ MALDITO JUEGO!

  Unos segundos después, Kenma suspiró lentamente, y levantó la cabeza, fijándose en la presencia de T/N.

  —Hola...¿desde cuándo estabas aquí?

  —Ehh, acabo de llegar.—respondió T/N.

  —Vale... Ah si, por cierto. Lo que pasó esta mañana y lo que acaba de pasar ahora, no lo escribas.

  —Vale...—T/N acabó de caer en que no tenía ningún papel ni tinta para escribir lo que les pasara a los miembros de la realeza: gran fallo para alguien con experiencia como ella. Aunque quizás solo debería de escribir lo más importante, pensó.

  Kenma también se dio cuenta de su pequeño error.

  —Y, ¿quieres hacer alguna pregunta?

  —¿Di-disculpa?

  —Siento que os debo un favor por no haber dicho lo de esta mañana, así que eres libre de preguntar lo que sea. Obviamente habrá ciertas preguntas que no querré o no podré responder.

  —Pues la verdad es que si tengo varias preguntas. Una es: ¿qué son esos aparatos electrónicos con los que está usted siempre?

—Son... videojuegos.

T/N había oído hablar de ellos. Y tenía claro que era, así que para ahorrarle la molestia de explicar que eran, se lo dijo al príncipe.

—Oh bien, explicar esto hubiera sido difícil. ¿Alguna pregunta más?

—Si... Me gustaría saber si es posible el por qué-

—¡Príncipe Kenma! Es urgente que venga. Su padre el rey, ha convocado una reunión urgente donde es necesario de su presencia.—un guardia vino corriendo, parecía muy alterado. Después, se fijó en la presencia de T/N —Usted, señorita escriba, también deberá de venir para apuntar todo. Creo que los demás miembros de su familia también asistirán.

Y dicho esto, el guardia hizo una reverencia y se retiró corriendo, parecía que tenía que avisar a más gente de aquella reunión.

Los Reinos de Haikyuu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora