Miserere (Final)

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Vaggie, sigo agotada y cansada, necesito descansar, quiero que descansemos juntas en un lugar solo para las dos.

Esas fueron las palabras de su querido ángel guardián tras la huida, y Vaggie no dudo en hacerlo.

Era otra noche fría y lluviosa en donde se oía las gotas de agua caer.

Y en un lugar recóndito de las zonas restringidas por los exterminios anuales se encontraba Vaggie resguardada de todo peligro en una vieja casa abandonada.

Aquel lugar tenía un aspecto tan descuidado y destrozado aun que Vaggie parecía tan tranquila en ese ambiente pues llevaba varias semanas escondida allí tras esa trágica huida que cualquier lugar era mejor que aquella mazmorra donde se encontraba antes.

Era un lugar bastante aislado y muy oscuro por la falta de energía que alguna vez tuvo, pero también denotaba que alguna vez fue una buena zona del mapa pues se trataba una zona lujosa y eso era evidente por la tapicería del lugar, los mueble y demás artilugios que aún se conservaban dentro de la vivienda, nada especial o de sumo valor que pudiera considerarse de robo, ni los lindos cuadros, los jarrones, ni siquiera el piano de cola que se encontraba en la sala central. Pues tras tantos ataques y demás a causa de los exterminio hacían lucir aquel lugar muy lúgubre entre las telarañas y escombros por doquier... aun así, Vaggie se las había apañado para utilizar ese lugar como un escondite, conseguía agua y algo de comer si tenía suerte pero siempre ocultando su presencia de ese lugar.

Un ejemplo claro era el baño que contaba con varios defectos de rupturas por todos lados inclusive el espejo que estaba algo roto por una esquina, aun así aquel lugar tan tranquilo era un paraíso para Vaggie, para ella y su querida Charlie...

Vaggie había vendado sus heridas y parecía que estaba sanando considerablemente, había improvisado sujetarse su propio brazo con un trozo de tela para sanar su brazo después de que se lo dislocara.

En esos momentos ella sonreía cálidamente mirándose en aquel espejo roto del baño.

Se había vestido con un vestido rosa de falda larga y mangas largas que le pertenecía a su querida Charlie, divertidamente hizo una reverencia con el vestido mientras aún se veía al espejo solo para alzar la falda y oler la fragancia de la prenda, tenía el aroma de su amada Charlie. Luego procedió alegra a abrazarse a sí misma con el vestido dando giros en su propio eje pues usar algo de su amada le reconfortaba tanto.

Vio que era hora de hacer los quehaceres pendientes por lo que salió de aquél tocador y se dispuso a tomar algunas cosas para tirar, como vendas ensangrentadas, rastros de comida y un titular que tenía por título: "Primero la muerte de la princesa, ahora su desaparición"

Después de deshacerse de esas cosas procedió a dirigirse al cuarto donde descansaba su amada Charlie, abrió la puerta y allí le vio, dentro de la oscura habitación se encontraba Charlie recostada en una cama, estaba tan inmóvil, inmutable y tranquila, con los ojos profundamente cerrados, respirando muy, muy pero muy despacio... Aun llevaba en su estómago aquellas vendas de cuando Vaggie le había atacado sin querer con la lanza y de las cuales la misma cambiaba todos los días sin falta. Ella vestía rompa muy ligera de color blanco.

1...

Vaggie se segaba con tan solo mirarle, su corazón latía mas rápido y solo podía verle con dulzura. Se acercó para arreglar la cama y la almohada para asegurase de que ella siempre estuviera cómoda.

Luego procedió a tomar un ramo de flores que había en una mesita para colocarlas en un florero, había conseguido dichas flores en unas tumbas, aquel ramo era tan lindo y rozagante de colores cálidos, rosa, purpura y azul, tomo una flor rosa y la coloco en el cabello de Charlie.

Obsesión | Alastor & VaggieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora