Sanguis

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Era otra noche fría con la brillante luna rojiza en el cielo nocturno... aquella misma luna se mostraba tan rojiza y brillante en el cielo como hace varias noches atrás...

Y en un lugar tan recóndito se encontraba Vagatha, aquel lugar tan lúgubre era su nueva prisión solo que esta vez era una prisión de completa locura.

Había pasado bastante tiempo de que pudo ver la luz del día por última vez cuando estaba en compañia de Charlie. Se encontraba nuevamente engrilletada por gruesas cadenas en sus manos y pies y un grillete adicional en su cuello, sus nuevas cadenas contaban con cierta longitud que le permitían alejarse y andar sin alejarse demasiado de una pequeña y fría cama que era el único mueble que estaba ubicado en una esquina de las cuatro paredes que le rodeaban.

Pero su pesadilla volvía a repetirse noche tras noche...

Su raptor se había encargado de encontrar otro escondite para mantenerla cautiva y aislada de cualquier contacto.

Aquel lugar eran unas viejas y abandonadas mazmorras subterráneas provenientes de una enorme edificación histórica del infierno, un castillo. Dicha edificación solían pertenecerle a un Overlord muy poderoso el cual Alastor aniquilo hace mucho tiempo atrás aquella noche que manifestó su masacre. Y para su suerte ningún demonio conocía la ubicación de aquellas miserables mazmorras como para descubrí que la pobre de Vaggie yacía en una de esas celdas abandonadas.

Podía gritar por ayuda pero todo ello era en vano,... nadie sabia que se encontraba varios metros bajo tierra, de por si la mente de la pobre estaba bastante dañada tras su primer secuestro pero en esta segunda oportunidad las cosas en su cabeza se habían agravado mucho más...

Divagaba en aquella oscura habitación sin dejar en ningún momento de lamentarse por la muerte de su amada, lloraba sin consuelo intentando buscar alguna salida o algo con que defenderse, pero era inútil. Inclusive aquella desesperación brotaba aún más su locura por sus nuevas mordidas en su adolorido cuerpo.

Pronto su mente comenzó lentamente a decaer aun más mientras creaba dialogo consigo misma intentando convencerse que todo era una pesadilla, que no estaba viviendo tal situación tan horrorosa empezando a volverse loca por el encierro y la constante culpa de apuñalear a su amada Charlie.

Era imposible para ella saber si su amada seguía muerta o tan siquiera con vida o si había recibido algún socorro ante lo sucedido... y ello le enloquecía aún más, esa maldita incertidumbre. Aun así, ella creía fielmente que su novia seguía con vida, tal vez su mente parcialmente dañada quería ver algo de esperanza ante aquella situación tan desalentadora como un escape a su gran dolor... pero fuera lo que fuera, eso era lo que ella quería creer con todo su corazón.

Noo, nooo , noooo ¡Yo no quise matarla! ¡No quise matarla! ¡No quise hacerlo! ¡Charlie aún está viva!, se decia colapsando en el suelo.

1...

Se repetía una y otra vez en aquel estado en que su mente lidiaba entre mantener algo de la escasa cordura que le quedaba y la locura que le invadía sin remedio pues en su mente renacía aquel recuerdo horroroso y podía escucharse el chasquear de las cadenas que le tenía de nuevo presa de algo de lo que no era culpable. Era como ver a un animal agonizando.

Cada momento, cada instante, cada segundo de encierro consumía su mente haciéndole entrar en un estado de duelo con ella misma, tanto que llego un punto en que en definitivo ya no sabía quién era ella realmente,... por una parte decía ser Vaggie: la chica inocente que amaba a su novia y que no tenía intenciones de matarla y creía que aún estaba con vida.

Y por otra parte su mente lidiaba con una tal "Vagatha", aquella maldita chica llamada "Vagatha", esta última era la que Alastor noche con noche le atribuía a su rehén y con la cual siempre le apodaba con tanto cariño y le recordaba sujetando su rostro con ambas manos para llamarla siempre con aprecio:

Obsesión | Alastor & VaggieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora