Link: Mago de Fairy Tail

Capítulo 2: Enlace: Mago de Fairy Tail

Capítulo uno

El sol brillaba mientras Link caminaba hacia el Fairy Tail Guild Hall, un imponente edificio que consta de tres pisos y que incorpora varios estilos arquitectónicos: tomó una forma que recuerda a una pagoda, siendo cada piso más pequeño que el de abajo y sentado en el techo de este último. Los techos también se parecían mucho a los de las pagodas reales, que consistían en tejas arqueadas extremadamente largas alineadas una tras otra y que poseían protuberancias curvas simples que sobresalían hacia arriba en las esquinas del edificio. En el techo más alto, coronando la cima del edificio, se encontraba una cúpula simple, redonda y puntiaguda, que tenía una bandera con el escudo de Fairy Tail justo debajo de una gran campana.

El joven vestía una túnica verde de gran tamaño que le llegaba hasta la mitad del muslo con un cinturón marrón ceñido a la cintura. Debajo de la túnica llevaba pantalones blancos que se metían dentro de unas botas marrones que se detenían justo debajo de las rodillas. Guantes marrones de cuero sin dedos se usaban cómodamente en sus manos y una gorra verde larga descansaba firmemente sobre su cabello rubio ondulado y despeinado con sus orejas puntiagudas ligeramente caídas. Sus ojos azules cristalinos brillaron con una determinación ardiente que se atenuó solo levemente con signos de agotamiento y su único pendiente dorado brillaba casi tan intensamente como el pequeño aro dorado que se agitaba en su oreja izquierda con cada paso.

Link se detuvo en las enormes puertas para dar un bostezo silencioso antes de entrar en el bullicio que era su Gremio. Casi todos en el repleto Guild Hall recibieron una llamada de saludo para él mientras levantaban sus vasos y Link levantaba su propia mano en reconocimiento mientras se dirigía a la barra.

"¿Tu misión fue exitosa, Link?" Mirajane, la hermosa camarera de Fairy Tail, preguntó mientras Link se sentaba en un taburete de la barra y recibió un asentimiento de él mientras soltaba un suspiro cansado. Mirajane también era la chica del cartel de Fairy Tail, y la razón era obvia. Con su largo y suelto cabello blanco que le llegaba hasta la parte baja de la espalda y una pequeña cola de caballo que se elevaba justo por encima de la frente con una figura curvilínea debajo de su vestido rojo y fluido, un lazo rosa ubicado en el escote y otro sobre la cadera izquierda, nunca no logró captar la atención de hombres y mujeres. "¿Tu bebida habitual?" Preguntó con una sonrisa brillante y él asintió con la cabeza mientras le ofrecía una leve sonrisa. "¡Ya viene!" Dijo antes de darse la vuelta para tomar un vaso y caminar hacia un dispensador.

Justo cuando Mirajane dejó el vaso frente a él, las puertas se abrieron de golpe con una fuerte patada. "¡Estamos en casa!" Natsu, el cazador de dragones de fuego de cabello rosado, rugió mientras entraba con Happy, el gato azul que caminaba en dos piernas junto a él y una mujer rubia curvilínea que Link nunca había visto antes. Natsu estaba vestido con su habitual chaleco negro sin mangas, adornado con oro, dejado abierto para mostrar un torso muy tonificado, pantalones blancos hasta la rodilla, una gruesa muñequera negra en la muñeca izquierda, sandalias negras de punta abierta y su bufanda blanca con estampado de escamas. envuelto alrededor de su cuello con una mochila de viaje atada a su espalda y su marca roja de Fairy Tail estaba estampada justo debajo de su hombro derecho.

"¡Sí!" Happy añadió mientras levantaba su pata derecha en el aire.

El cabello rubio de la mujer cayó justo debajo de sus hombros y se hizo con una cola de caballo lateral y sus ojos marrones tenían determinación y resignación exasperada reflejada en ellos. Llevaba una blusa blanca con ribete azul y una cruz azul en la parte delantera junto con una minifalda azul y un cinturón marrón que sostenía un llavero con seis llaves colgando de él. Los ojos de Link se abrieron un poco cuando reconoció de inmediato los elementos como las Llaves Espirituales Celestiales especiales. Tres de plata ... ¿pero también tiene tres llaves de oro? Se preguntó con curiosidad antes de parpadear cansado y luego volver a su bebida.