Link: Mago de Fairy Tail

Capítulo 17: Emboscada en el Bosque de Hierro

Capítulo quince

Link caminó silenciosamente a través de un gran bosque, aunque este no era un bosque verde y exuberante normal. No, este era el Bosque de Hierro, que estaba lleno de árboles esqueléticos muertos petrificados en piedra sólida. Se decía que era obra de Zeref, y el sentimiento de perversión y muerte que impregnaba el Bosque de Hierro ciertamente ayudó a respaldar ese rumor. Agregue a la mezcla los peligrosos monstruos que deambulaban por las tierras muertas en busca de carne nueva, y la mayoría de la gente nunca se acercaría tanto a ella si pudiera evitarlo.

Todo esto, por supuesto, lo convirtió en un lugar perfecto para aquellos que se especializan en transacciones clandestinas.

Link era consciente de esto, aunque dudaba que Gray o Natsu lo fueran, y sabía que Erza habría preferido acompañarlo para cuidar su espalda. Honestamente, Link tampoco estaba emocionado de venir aquí solo, pero uno de ellos tenía que asegurarse de que Natsu, Gray, Lucy y Happy fueran devueltos para enfrentar al Maestro Makarov.

En un lugar como el Bosque de Hierro, Link sabía que tenía que estar en guardia en todo momento, tanto de los monstruos como de las personas que normalmente lo visitaban, pero en ese momento tenía problemas para concentrarse. Su mirada mostró su distracción mientras trataba de precisar la razón de la vaga sensación de malestar que tenía. Normalmente sería capaz de fijarlo en el Bosque de Hierro, pero por alguna razón no podía entender que no parecía explicarlo.

Quizás debería usar Farore's Wind y regresar a Fairy Tail ... pensó Link, y si no hubiera sido por la oportunidad de obtener información sobre un posible camino de regreso a Hyrule, lo habría hecho. Por otra parte, si no fuera por eso, ya estaría allí en primer lugar.

Link se detuvo de repente, sorprendido por el pensamiento. ¿Podría estar pasando algo en Fairy Tail? Se preguntó y se cruzó de brazos mientras cerraba los ojos pensativo. Sin embargo, sin haber ido allí, no tenía forma de saberlo con certeza, y aunque la información prometida estaba cerca, estuvo tentado de regresar en ese momento. Sin embargo, confiaba en que si se trataba de una emergencia lo contactarían con la Comunicación Lachryma. Aún así... pensó Link, incapaz de deshacerse del sentimiento de incomodidad incluso con esa justificación.

De repente se congeló cuando sintió algo más inmediato en el área, algo fuera de lugar que activó el sexto sentido que lo había salvado innumerables veces antes. Aunque no escucho nada. Link pensó en una leve confusión mientras abría los ojos y dejaba caer las manos a los costados para mirar a su alrededor. Durante varios y tensos minutos, escaneó cuidadosamente el área a su alrededor, sus oídos moviéndose mientras buscaba cualquier sonido que indicara un ataque entrante.

Un fuerte viento se levantó repentinamente y sopló a través del bosque, alborotando la ropa de Link. Un instante después, los ojos de Link se abrieron un poco al darse cuenta de lo que estaba mal; no podía oír el sonido de su ropa al revolcarse ni el habitual gemido del viento cuando soplaba a través de los árboles de piedra.

En ese instante exacto, rápidamente rodó hacia adelante y hacia la derecha, con la plena intención de correr lo más rápido que pudiera después del giro, y ese movimiento repentino le salvó la vida. Tres cuchillos arrojadizos lanzados por expertos pasaron volando, uno apuntaba a donde había estado su corazón y los otros dos a sus pulmones, y tan pronto como salió de su rollo, Link inmediatamente echó a correr. Sin embargo, antes de que pudiera llegar demasiado lejos, un asaltante, vestido con ropa ajustada de color negro y rojo oscuro, que incluía una capucha y una máscara, saltó detrás de un árbol delante de él con un kodachi en la mano izquierda, agarre inverso, para atacar. . Link no dudó ni un instante mientras giraba sobre su pie derecho para ponerse detrás del atacante mientras desviaba el brazo atacante con la mano derecha. En ese mismo movimiento, extendió su mano izquierda para equipar una cimitarra ancha y cortó, un movimiento perfectamente ejecutado que solo tuvo un defecto; su cimitarra no apareció.