Minho necesita urgentemente aprobar fisicoquímica, y su última oportunidad es presentar un proyecto en la feria de ciencias que su profesor considere apto para aprobarlo y no llevarse la materia.
Pero es un idiota, al cual nada que tenga que ver con...
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Él... Lo estaba disfrutando. Lo sé, puedo verlo bajo aquella capa de vidrio rodeado por el plástico. Lo disfrutaba, como cualquier profesor disfrutaría ver en las últimas a uno de sus peores alumnos. Y es que debe haber una respuesta ante todo este misterio de desear ver caer quien no sigue tus pasos. Una dictadura silenciosa, es así como yo lo veo. El dictador proclamando su ideología, y luego estoy yo, el simple alumno esperando la supuesta luz de sabiduría. Pero cuidado con cuestionarlo, porque su juego favorito consiste en humillarte.
"Profe..."no pude evitarlo, su silencio me estresaba al igual que el cerrado salón decorado imperfectamente con láminas de exposiciones de cursos menores que también lo ocupan.
"Shh, Minho. Estás aplazado, ¿Lo sabes, no?"
¿Que si lo sabía? ¡Obviamente! No fue por nada que en toda la hora había estado sacando cuentas en mi cuaderno de comunicaciones. Mi compañera de banco lo dijo «¿Por qué contás? No tenés ninguna prueba aprobada». Y la maldita tenía razón, un apartado para la materia a la que menos interés le prestaba, repleta de números que no alcanzaba a superar el cinco con veinticinco.
Así que probablemente haya sido llamado en pleno recreo para recordarme lo inútil que era por no saber cómo mierda se hace un pasaje de unidad o expresar la formula del compuesto orgánico propano-1,2-diol, siquiera sé de dónde es que he oído aquél nombre, mas en algún momento tuvieron que haberlo mencionado en la clase. Y yo, que tan sólo recordaba la transformación de grados centígrados a grados fahrenheit, estaba plenamente perdido en una materia donde apenas recordaba cómo se escribia el apellido del profesor por la cantidad de trabajos que no he entregado.
Estoy aplazado, la calificación de mi segundo trimestre en el año no alcanza para aprobar al final del ciclo lectivo. Y, realmente, no tengo idea alguna de cómo haré para safar de esta. Aunque sea un sólo punto, un mísero punto que sea capaz de darme el valor para buscar ese díez y no llevarme la materia. Porque sé que no llegaré a aprobarla, sé que quedará previa y se acumulará con química de cuarto año y física de quinto.
"Puedo subirte la nota, pero tiene un costo" me dice, está sonriendo, y yo odio esa sonrisa. Tal vez lo odie a él, y tal vez sea la razón de porqué nunca me tomé el tiempo de prestar atención a su clase. Así que, por más que mi cabeza viajara a un mundo asqueroso en donde mi propio profesor de fisicoquímica me estuviera pidiendo a cambio de una buena nota algo desagradable y relacionado con el ámbito sexual, no estaba dispuesto a sufrir tal humillación. ¡Es más! Seguramente acabe por no llevarme la materia si fuera y lo acusara con los directivos de pedófilo y extorsionador. "con un cinco no es suficiente, con seis tampoco. Lo que necesitas es un ocho, Minho"
"No hay manera que pueda conseguir tres puntos extras en una nota final con un trabajo, ni porque me sacara un díez" le dije, pero pareció no importarle, pues seguía teniendo esa mirada que me confundía y a cada segundo me irritaba más. Su mirada despreocupada y alardeante hacía que yo quisiera hablar de más, que tratara de justificarme aunque nadie me estuviera acusando directamente de algo. Por eso es que digo, es una rara dictadura la que maneja el sistema educativo. "No entiendo por qué sigo acá, me lleve la materia, no es el fin del mundo"