Tengo esta extraña manía de anhelar más de lo que la vida me ofrece. Aunque la vida, astuta como siempre, susurra constantemente que quizás no debería intentarlo, no debería desearlo, ni siquiera imaginarlo. ¿Soy un necio?, soy muy necio, lo siento.
De lejos lo veo hablando con otras personas, de cerca trato de hablarle yo, pero Jisung siempre se aleja. Por más que intento acercarme, parece que estoy destinado a permanecer en la periferia de su mundo. ¿Tengo que creer que hay algo malo conmigo?, quiero ver el lado positivo, quiero entender que no es la primera vez que pasa, pero siento un nudo en el estómago y la repulsión me embarga al ver cómo me ignora. La sensación de rechazo es tan abrumadora que desearía vomitar.
No necesito atención. No necesito que un sabelotodo con aires de grandeza me de atención. Tampoco necesito estas inmensas ganas de gritarle, golpearlo, llamarlo por su nombre y que se gire a verme.
Pasan las horas y el sol ya no calienta el lado izquierdo de mi cara. Las materias corren una tras otras y en cuanto menos lo quiero el profesor que me dio una segunda oportunidad aparece con carpetas desbordando de hojas. El profesor de fisicoquímica escanea el salón un poco derrotado, por unos segundos no mira nada más que a mí. No es la atención que quiero recibir pero es suficiente para que cubra mi boca y me ponga verde de las náuseas.
"¿Minho, estás bien?" pregunta el hombre y el aula entera se gira a verme. ¿Qué tan mal me veré?, hay rostros confusos, otros preocupados, pero a la mayoría no le intereso. Ah, es Minho, sí, seguramente quiere llamar la atención.
Si levanto la mirada, ¿lo veré mirándome?
Mis ojos rebeldes se alzan, recorren las caras de mis compañeros en busca de la suya, y el frente de todos lo alcanzan. El ardor en mi cuerpo es insoportable. Me mira apoyado en su puño, cansado y sin lástima. Siento que mi estómago se quiebra, mis ojos se humedecen y por un instante, parece que mi corazón deja de latir.
"¿Minho?"
Mi propio nombre me sofoca. Siento la urgencia de desatar el caos en el aula, de prender fuego los papeles y gritar desesperadamente para que alguien me note. Sin embargo, ¿qué puedo hacer cuando todos parecen voltear hacia mí? No, no es así, no me ven realmente
No me ven.
Cubro mi boca con una mano y me levanto rápido de mi banco, el profesor quiere acercarse pero huyo, dejo el aula atrás y corro por el pasillo hasta el baño masculino y me meto en el primer cubículo justo a tiempo para liberarlo todo. Tengo la sensación de que unos brazos grandes me rodean el cuello y aprietan con el único propósito de arrancarme el aire o el alma. El mar en mis ojos impide que pueda verlo y tal vez me esté hundiendo en lodo y no en agua. Finalmente me desplomo e intento regular la respiración.
Si te cuento un secreto, ¿sos capaz de guardarlo? Detesto mi nombre tanto como el constante eco de su ausencia cuando más lo deseo.
"¿Minho?" Y no sé si es real o un invento mío, "¿estás mejor?"
Me deslizo lenta y tortuosamente contra la pared del cubículo, mi garganta arde y mis ojos pueden ver por fin por encima de aquel lodo que confundí con el mar. A un lado veo unas piernas pero no tengo fuerza para levantar la cabeza. Asiento ante la pregunta, no porque esté bien, pero cuando a uno le preguntan sí está bien siempre tiende a decir que sí, y a mí me gusta ser igual al resto.
Una vez más, me encuentro recordando aquellos ojos que no me miran como desearía, aquellos que pasan de largo mientras mi voz intenta captar su atención. ¿De qué otra forma haré que me vean?, mírame a mí, no soy alguien excepcional, soy igual al resto. Así que, por favor, mírame como quiero que me mires.
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Científicamente comprobado que sos un pelotudo [Minsung]
FanfictionMinho necesita urgentemente aprobar fisicoquímica, y su última oportunidad es presentar un proyecto en la feria de ciencias que su profesor considere apto para aprobarlo y no llevarse la materia. Pero es un idiota, al cual nada que tenga que ver con...