Prólogo

1K 111 15
                                    

Louis tiró las llaves de su departamento sobre la repisa de la entrada. Con un bufido no esperó a quitarse su chaqueta grisácea y se sentó en el viejo sillón de la sala inflando sus mejillas molesto. Su trabajo de medio tiempo en la cafetería Great Palace era una mierda, completamente. Los clientes eran maleducados, sucios y molestos. Ninguno se molestaba en pedirle las cosas con un "por favor", además de que lo trataban con la mínima educación que tenían.

El chico de veinticinco años había tomado aquel empleo justo al terminar sus estudios como enfermero en la universidad, mientras esperaba por alguna solicitud o vacante para algún hospital o clínica pero en un año aún no había recibido ni una llamada acerca de un trabajo para él de su especialidad.

Louis quería cuidar a la gente.

Le gustaba mucho ayudar a los demás, su corazón era siempre para los demás. Siempre confío en el poder de curar y ayudar a las personas a base de amor y cariño. Por eso había elegido estudiar enfermería. Tenía todos los conocimientos para cuidar de una persona y, además, sus ganas y fuerza de voluntad eran grandes. Pero por culpa del destino aún no había podido poner en practica sus habilidades como enfermero.

Soltó un suspiro mientras se acomodaba mejor en el sillón, su ropa apestaba a café y sudor y aquello le hizo arrugar su nariz. El teléfono en su bolsillo comenzó a vibrar y Louis lo tomó con desgana, no es como si estuviese esperando la llamada de nadie. Usualmente solo lo llamaban sus hermanas.

En la pantalla del aparato tan solo podía leerse número privado, Louis frunció el ceño mientras descolgaba la llamada.

—¿Si?— Preguntó.

—¿El señor Louis Tomlinson?— Una voz casi robótica sonó en la otra línea del teléfono, el nombrado frunció de nuevo el ceño.

Eh, si. Soy yo.— Respondió no muy seguro.

—Le llamo del hospital mental Saint Mary, un enfermero ha tenido que pillar la baja por problemas de salud y un profesor de Imperial College de Londres le ha recomendado para el puesto como enfermero interno. Realmente nor urge mucho ahora mas personal en el hospital ya que las vacantes cada vez son menos.

Louis tragó grueso mientras procesaba la información.

Después de un año, después de estar trabajando como un burro en esa sucia cafetería, después de estar buscando nuevos empleos en clínicas por fin alguien había escuchado sus plegarias.

El hospital Saint Mary era uno de los hospitales mentales más conocidos de Londres. Fundado en 1988 el hospital fue durante muchos años custodiado por las monjas católicas del convento Saint Mary pero cuando la iglesia no tenía más fondos para mantener el hospital este fue comprado por Leonard Winston, un reconocido psiquiátra que ahora era dueño y jefe del hospital.

—¿Señor Tomlinson?— Repitió aquella voz, que era de hombre. Louis deshizo su ideas de la cabeza y respiró hondo.

—Si, aquí estoy. Verá, ahora mismo estoy en desempleo, quiero decir, no estoy trabajando como enfermero.

—No se preocupe por ello, aquí le enseñaremos todo lo necesario.— Louis agradeció mentalmente aquello.

—Oh, bien...

—Entonces, ¿Qué opina? ¿Acepta el empleo?— Parecía como si el hombre tuviese muchísima prisa, Louis se sintió un poco presionado pero, joder, ¡Por fin iba a poder trabajar de lo que quería!

—Por supuesto, acepto el puesto.— Sonrió.

Hubo una pausa.

—Muy bien, ¿Su dirección es la calle Linchester, número doce?— Preguntó.

—Si, correcto.

—Mañana un taxi pasará por usted a las cinco de la tarde para traerle hasta aquí. Le recuerdo que todos los enfermeros son internos por lo tanto el tiempo que dure trabajando en el hospital vivirá aquí. Como consejo le recomiendo que guarde todas sus pertenencias más necesarias, lo indispensable.— Dijo el hombre casi con prisa. A Louis no le dio tiempo a procesar lo que decía.

—Vale, muy bien. Mañana nos veremos.— Respondió el de pelo castaño con amabilidad y un tono demasiado feliz.

—No esté tan contento de venir.— Y el hombre colgó el teléfono dejando a Louis muy confundido.

Guardó el teléfono en el bolsillo y recargó el mentón en su mano mientras miraba a un punto fijo de la pared. Su interior burbujeaba de emoción al saber que por fin había conseguido un empleo como enfermero. Ya podría empezar a cuidar de su pacientes.

En ese momento Louis recordó que mañana mismo un taxi pasaría a por el para su nuevo empleo, tenía poco tiempo para empezar a guardar todas sus pertenencias.

—¡Oh mierda!— Louis se levantó corriendo del sofá y tiró su chaqueta al suelo mientras iba hasta su habitación y tomaba del armario la maleta de viaje.

Ropa cómoda, productos de higiene personal, móvil, cargador, unos bonitos playeros de Adidas y su fiel portátil. Supuso que el resto de las cosas las conseguiría allí como su uniforme.

Dios, no se lo podía creer.

Al fin había conseguido lo que tanto estuvo esperando.

Y le cayó del cielo.

¿Sería una señal? ¿Su karma comenzaba a darle buenas recompensas?

Sea lo que sea, Louis estaba más que agradecido de poder haber encontrado tal trabajo.

Tendría sus pacientes, los cuidaría y miraría por el bien de ellos. Era lo único que Louis quería hacer en la vida. Ayudar a los demás.

Porque el corazón de Louis de milagro cabía en su pecho.

Terminó con su maleta y la dejó junto a la puerta de su habitación, también un pequeño bolso donde dejó el cargador de su teléfono y la cajetilla de tabaco junto con el mechero.

Se colocó el pijama dejando la ropa usada tirada en el suelo y se metió en su mullida cama sin quitar la sonrisa de su rostro.

Mañana una nueva etapa de su vida comenzaba.

Y debe estar preparado para todo lo que va a pasar.

¿Ganas de empezar a leer esta nueva historia?

⚠️ NO MENCIONES OTRAS FICS EN MIS HISTORIAS, ES UNA FALTA DE RESPETO HACIA MÍ. EN CASO DE QUE LO HAGAS SERÁS BLOQUEADX. ⚠️

𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑 𝐄𝐆𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora