02 Leonard Winston

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Louis tomó asiento a un lado del escritorio. Era grande, de caoba, y con unos bonitos detalles a los lados que lo hacían ver como un mueble más elegante y caro.

Delante de él un hombre mayor, aproximadamente de unos cincuenta y tantos años, escrutaba al enfermero sin un ápice de disimulo. Louis sonrió un poco nervioso, nunca pensó que el doctor Winston llegase a ser una persona tan seria y recia en persona. Realmente le está a empezando a dar miedo esa mirada tan acusadora.

-Bueno Louis, Benjamin ya me ha dicho que te has acomodado en tu habitación y que has conocido las instalaciones de Saint Mary.- Su voz era tan grave y gangosa que Louis tuvo que tragar saliva para dejar que alguna palabra saliese de su boca.

-Sí, la verdad es que es un sitio muy bonito y acogedor.- El menor mintió, sin lugar a dudas ese hospital estaba a punto de derrumbarse y su mantenimiento parecía ser el peor que había visto en mucho tiempo. Seguramente las ratas vivían en mejores condiciones que los pacientes. Aún así lo mejor fue dar una versión de él más amable, sincera y agradable. Quería dar lo mejor de él, quería empezar a cuidar a sus pacientes.

De nuevo los ojos de Winston repasaron a Louis una y otra vez, el chico trataba de mantener una sonrisa poco incómoda en su rostro más la situación lo estaba empeorando cada vez más. Pero tras unos cuantos minutos de observación por fin el doctor se decidió por acomodarse en su sillón de cuero marrón y hablar:

-A estas horas el turno de los enfermeros está a punto de terminar por lo que comenzarás mañana a primera hora de la mañana.- Abrió uno de los cajones de su escritorio y sacó unos cuantos papeles entregándoselos a Louis- Ahí están tus horarios, varios protocolos de actuación que debes aprender, los horarios de terapia de los pacientes y también la tarjeta de acceso a todas las instalaciones del hospital. Te recuerdo que sin esa tarjeta es imposible abrir ninguna de las puertas de este lugar por tanto más te vale no perderla.- La sonrisa que le dedicó a Louis fue escalofriante, se notaba que ese hombre no era mucho de sonreír.

Louis asintió ante todo lo que dijo el hombre, observó como aquella tartera sobresalía de entre los papeles. Al parecer también funcionaba como una tarjeta de identificación ya que tenía una foto de Louis y su identidad. El menor quiso rodar los ojos, odiaba aquella foto con toda su alma, ¿De dónde la habrían sacado? Nadie le había pedido ninguna foto a él.

-Entonces ya hemos terminado, Louis.- Tanto Winston como Tomlinson se levantaron de sus asientos y se estrecharon la mano antes de que Louis le agradeciese por la oportunidad y saliese de aquel despacho cerrando la puerta con cuidado.

Cuando por fin estuvo en el pasillo soltó un suspiro, aquel hombre era tan intimidante.

Confianza en que Ben le estuviese esperando en el pasillo pero allí no había nadie, a pesar de eso Louis agradeció estar solo pues su cara aún se encontraba pálida y juraba que si soltaba alguna palabra en esos momentos no serían más que pequeños balbuceos.

Realmente ese hombre, el cual ahora era su jefe, daba miedo.

Louis decidió que era hora de volver a su habitación cuando vio desde el gran ventanal del pasillo como la noche caía sobre ese espeso bosque rodeado de árboles y matojos grandes.

──¿Por dónde se iba a las habitaciones?── Louis murmuró, observó el pasillo largo que se alzaba delante de él, decidió tomar el camino hacia la derecha a pesar de no saber por dónde.

Mientras caminaba comenzó a escuchar voces, unas mezclándose con otras. Siguió caminando y aquellas voces se volvieron ruido, bastante molesto. Abrió los ojos como platos al darse cuenta de que había llegado al comedor.

Muchos chicos y chicas, con un uniforme de color blanco estaban sentados en unas sillas metálicas delante de las mesas del mismo material. Algunos reían y otros gritaban más otros solo se dedicaban a comer en silencio. Los celadores y enfermeros recorrían el comedor vigilando a todos y cada uno de los pacientes que allí se encontraban.

𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑 𝐄𝐆𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora