II

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Era una noche común y fría en la ciudad de seattle, como de costumbre estaba sentada sobre la repisa de la ventana de mi cuarto leyendo un libro, Casper y Salem mis dos gatos, Casper era pelirrojito y Salem negro como el carbón. Estaban al lado mio dandome calor, mientras que sparky dormía en mi cama.

-  Dayenna! a cenar.

- Ya voy mama!

Dejé la gramática del amor sobre la repisa, ese libro lo había leido como 20 veces y no me cansaba.

Bajé despacio las escaleras con cuidado de no tropezar, a medida que llegaba a la cocina sentía el olor a estofado de pollo de mi madre, sinceramente había probado muchos pero como los de ella nunca.

- Pon la mesa cariño en unos minutos estará la cena.

- Vale mamá.

Asentí dandole un beso en la mejilla como muestra de afecto, mi madre era madre soltera desde que apenas yo tenía uso de razón, mi madre se separó de mi padre, el tenía problemas con el alcohol y mi madre le dejó, despues de eso mi padre no quiso saber nada ni de mi ni de mi madre, tampoco es como si se hubiese hecho cargo cuando ellos aún estaban juntos, siempre había sido extremadamente descuidado en lo que a su familia y su entorno se refiere.

Viviamos en un pequeño pueblo a las afueras de Chicago, despues de lo que pasó, mi madre y yo decidimos mudarnos a la pequeña pero a la vez gran ciudad de Seattle, donde por cierto viven mis abuelos tambien.

Me senté en la mesa al lado de mi madre quien ya había servido la cena.

- Te gusta cariño?

- Si, mamá es genial, ya sabes..eres una gran cocinera

Mi madre sonrió y asintió con dulzura.

- Mañana iremos a visitar a tus abuelos, ya sabes...están solos y les vendrá bien algo de compañía.

- Por supuesto, además tengo ganas de verles, ya hace unas semanas que no nos pasamos por allí ni ellos por aquí, así que ya es hora.

- Si, la verdad es que si.

Al acabar de cenar le ayudé a mi madre a fregar los platos y despues de eso subí de nuevo a mi cuarto y retomé la lectura, pero esta vez en mi cama, acompañada de la luz tenue de la mesita de noche.

Sparky, Salem y Casper ya estaban dormiditos todos, tan adorables y tiernos, la verdad que los 3 se llevaban de maravilla, juegan sin parar a todas horas y la mayoría de las veces duermen juntos, dormimos juntos los 4, he de decir que son la mejor compañía que todo ser humano puede tener además del mejor amigo.

ya me estaba entrando sueño cuando escuche un ruido, levanté la vista del libro y salí de la cama para asomarme por la ventana, de nuevo era el viento que hacía que los árboles de vez en cuando azotasen contra mi ventana, volví a mi cama de nuevo, y apagué la luz mientras poco a poco me iba quedando dormida hasta caer en un profundo sueño.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2017 ⏰

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