Cap 21. La pasión.

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☝️🔞

Jimin lo amaba.

Ese era el único pensamiento que se repetía una y otra vez en su mente.

Aún sí estaba entregado al placer y completamente preparado para él, Jungkook decidió tomarse el tiempo para besarlo, memorizar las reacciones de su cuerpo ante sus caricias.

- Te amo, por favor créeme.- Rezó en sus labios.

Había tenido tanto miedo de perderlo que ahora que estába dispuesto a darle una segúnda oportunidad se decía a si mismo que no le fallaría más.

- Para, por favor.

El alfa enfocó la mirada solo para ver la sonrisa tímida del Omega.

- Necesitamos perservativos.

El alfa lo volvió a besar para luego salir de la habitación como si esa fuese una orden.

Momento después regresó notando la desnudez del Omega, su erección también estaba altiva y eso hizo que mordiera sus labios en un gesto anticipado al placer que prometía.

Le gustaba su cuerpo era gracil y delicado, la luz apenas lo tocaba pero era suficiente para dejarle ver la sensual forma de su trasero

Se acercó lentamente respirando así la esencia de su excitación, sabía que apenas tocarlo perdería la razón, así que solo dejó un beso en su hombro sonriendo ante el extremecimiento de su piel. En su mirada podía notar su inseguridad pero Jungkook se apresuro a decirle cuando lo deseaba y lo hermoso que era ante su ojos.

Deslizó una mano por su columna aterrizandola en sus glúteos en un apretón suave, lamió lentamente las cimas rosas de sus pezones arrancando sus dulces suspiros. Las succionó con lentitud hasta que él lo detuvo pidiendo más.

- Yo también deseo más.

Era verdad, las llamas del bendito infierno aguardaba por ambos.

No había tiempo que perder.

Él Omega estaba tan excitado que le fue fácil deslizarse dentro, su lubricación facilitó el trabajo.

Ese solo fue el inicio del éxtasis.

Comenzó a moverse dentro de manera constante, penetrandolo poco a poco. Pronto sintió que se relajaba, permitiendo que fuese más allá.

El Omega yacía sobre sus muslos, ahorcadillas gimiendo por las sensaciones que experimentaba, Jungkook lamía su marca mientras que él movía sus caderas contra su pelvis relajando y contrayendose contra él.

Amaba su manera de entregarse, era adicto a los sonidos que emitía en cada estocada, su aroma acido lo llevaba aún más a perder la razón, no había nada más en su mente que el amor que le profesaba.

Se sentía tan rígido, que la forma en que él deslizaba en su interior hacía que el Omega gimiera por almoldarse hacía él. Podía sentir su necesidad latente, pues en el siguiente movimiento tembló en sus brazos, su interior lo entrujó con más fuerzas.

La delicada conexión que mantenían los lobos hacía que ambos se perdieran momentáneamente en cada encuentro, los labios del Omega golpeaban contra los suyos de forma erótica, pues succionaba de ellos para luego morder suavemente, él estaba sujeto a sus hombros y mantenía los ojos cerrados, solo extremeciendose una y otra vez llevándolo al límite, apretando sus paredes alrededor de su miembro.

Él le estaba haciendo el amor.

El pelinegro se detuvo ante este pensamiento y sonrió, no quería que terminase todo tan pronto pero él lo estaba llevando al límite rápidamente.

 Enamórate de mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora