Cap 4. El trabajo.

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Jungkook tenía en sus manos un mazo, con él cual golpeaba uno a uno las varillas sobresalientes de la estructura de fierro, ese era su trabajo de todos los días desde el piso número veinte de aquel  edificio en construcción.

La alarma sonó y todos dejaron sus herramientas para ir al comedor donde les servían un platillo de comida apenas pasable y que muchos complementaban con un lonche que les preparaban sus respectivos omegas.

Jungkook  acostumbraba a comprar algunas frutas en las mañanas para desayunar y comer.

Todos con su ropa llena de polvo, chalecos reflectantes y sus cascos llegaron a hacer una larga fila en el improvisado comedor.

Cuando fue su turno Jungkook pidió guisado de res con arroz, tomó dos panes del exhibidor y se sentó en la mesa donde estaba su amigo Yoongi, un alfa más mayor que él que solía guardarle un lugar en la abarrotada estancia.

Jungkook comenzó a comer dejando su casco en el suelo.

- ¿ Y a ti de cuánto te llegó el descuento?

- Del doble. - Jungkook comía rápidamente pues estaba muy hambriento, el estúpido gobierno había implementado como nueva norma que se les descontará más impuestos de su sueldo, esto como medida de emergencia para detener la crisis.

- Pues yo apenas pude echarle gasolina a mi carro. - la serie de quejas de sus compañeros hizo que Jungkook se sintiera aún más molesto.

Esos alfas trabajaban durante todo el día y la paga ya de por si era baja. Sus quejas eran leales.

- Al menos tú estas haciendo turnos dobles.

Jungkook abrió la soda de aún lado y tomó un trago.

- Eso me está ayudando bastante.

Pues aunque fuese uno de los alfas más jóvenes él que ya tuviera una familia que mantener le daba ciertos beneficios que no tenían los solteros, pues solo así, podía solicitar licencia para más horas de trabajo.

Lo único que era favorable en su frustrante situación, era que había dado ya el último pago de la hipoteca del departamento y ahora era suyo oficialmente, razón por la que el domingo no había trabajado.

Ahora ya no sería necesario trabajar los fines de semana.

Pero con el nuevo impuesto dudaba que debiera aflojar las riendas con demasiada facilidad.

- ¿Quieres?

Yoongi acercó el traste con rollitos de col, Jungkook aceptó y tomó uno comiéndolo al instante.

- Tal vez deberías pedirle a tu Omega que te prepare algo de comida.

- No es necesario, gracias está delicioso.

Yoongi siguió comiendo y Jungkook pudo observar que entraba su jefe de obra y su ahora cuñado, aunque nadie de la obra se había dado cuenta.

Estaba atado de todos lados.

No podía solo pasar de su responsabilidad como padre si no que tampoco podía mal ver al Omega, pues este era el hermano menor de su jefe, un solo paso en falso y podría perder su empleo.

Y sin empleo y con cachorros sería una horrible pesadilla.

No podía hacer absolutamente nada más que soportar largas jornadas de trabajo. Alejó esos pensamientos y siguió comiendo.

- Al menos tú solo tienes una sola camada, deberás tener cuidado ahora.

-  No será mi caso, te lo aseguro.

 Enamórate de mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora