Cap 20. La Sinceridad.

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El celo del alfa problablemente era lo más extraño que jamás había visto.

Podía sentir el llamado latente que hacía el alfa hacía su Omega, las feromonas rondaban a su alrededor volviéndolo loco.

Pero el alfa estaba jugando videojuegos.

Con las manos cruzadas Jimin lo observaba desde la cocina tratando de mantenerse en control.

Los niños veían la televisión sentados alrededor de él.

Respirar era un asunto de fortaleza con esa esencia tan masculina en el ambiente.

Rato después decidió darse un baño para poder remediar un poco su propio infierno.

Ese día cuando estuvo en la fábrica todo le había parecido tan irreal que su mente se distrajo pensando en las historias de los otros omegas, tardo más tiempo que el necesario.

Se vistió con tranquilidad y cuando salió de la habitación notó que no había nadie, regreso a la habitación del alfa y abrió la puerta suavemente.

Los niños estaban dormidos junto al alfa que también tenía los ojos cerrados y parecía estar muy relajado.

Cerró la puerta de nuevo para no despertarlo. Aún era temprano para que ellos durmieran pero la Sra. Hanna le había dicho que no quisieron dormir a medio día y habían jugado toda la mañana.

Apagó los focos de la cocina y compuso las cosas de la sala.

- ¿Vendrás a dormir?

La voz del alfa retumbó en sus oídos, haciendo que su corazón latiera de forma acelerada.

- Me asustas, aún no dormiré, tengo que preparar la maleta de los niños para mañana y poner la lavadora.

Jimin se agachó a recoger los juguetes de los niños que habían quedado por el suelo.

- Tal vez yo podría ayudar.

Jimin tragó gordo, su voz era tan profunda y atractiva.Pero su expresión seguía siendo la misma de cachorro.

- Claro si quieres.

Jimin dejó los juguetes aun costado de la televisión. El alfa se acercó a él y Jimin se quedó muy quieto.

- Creo que me voy a volver loco. - dijo el alfa en un susurro, Jimin esperaba era que él le lo tocará y lo llevará a la cama,pero no fue así, el alfa se quedó allí demasiado cerca sin tocarlo, segundos después se alejó y desapareció por el pasillo.

Jimin se quedó sin aliento al verlo alejarse, el esperaba que el alfa lo reclamara, incluso su mente había perdido un poco la capacidad para razonar al sentir el golpe de feromonas masculinas llenando su ser, apenas podía contener su propia excitación.

- ¡Demonios! - caminó detrás de él, había cosas que se prometió jamás volver a hacer, una de ellas: rogarle.

Pero tenía que averiguar que sucedía, sus ojos estaban completamente rojos y él estaba dispuesto a atenderlo si se lo pedía, no tenían nada que perder, pero aquella situación no la entendía.

Lo encontró en la parte trasera de la casa recargado en el filo del barandal con los brazos cruzados. Sus fosas nasales se dilataron.

Se miraron intensamente pero Jimin no se acercó solo se quedó prendado de su mirada.

- Será mejor que vayas a dormir.

Escuchó su voz a lo lejos, su Omega estaba tan excitado con tan solo verlo.  Su mirada ahora era distinta.

 Enamórate de mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora