Capítulo 4.

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Preparamos todo lo necesario después de pasar nuestra ''luna de miel'' en nuestra casa, la luz, el agua, los muebles y sobre todo la comida, cuando terminamos de todo eso, preparamos la cena, una cena nada romántica, que consta de ensalada y poco más. 

Antes de irnos a dormir, sentimos como el viento susurraba algo, y los arboles empezarón a sacudirse sin piedad, el tiempo, es como si quisieran avisarnos de algo, como si algo no fuera bien, Caleb, fue a mover al coche solo con una linterna, mientras yo, me quedaba sentada en una mecedora de madera construida por el, no se cuanto tiempo paso, si fueron quizá miseros minutos o si fueron treinta, cuando de repente empezó a llover fuerte, y al ver que Caleb no venía me asusté. Pero entonces vi, lo que era un trueno o quizá una luz, y ya no volví a salir de la casa, paso tiempo, muchísimo y el no volvía.         

Cuando más o menos paso al largo de una hora, el llegó, pero todo mojado, y con arañazos, al preguntarle no me contestó y se fue directamente a dormir, sin decirme nada, ni un adiós, por lo cual me preocupé por su estado de ánimo. 

Ya eran las diez u once de la noche, cuando por fin ceso la lluvia y me fui a dormir en el dormitorio, al entrar todavía holía a rosas y a aromas exquisitos, y me acordé de la noche pasada, de lo bonito que fue. Me metí en la cama, llorando en silencio y abrazada a un pétalo de rosa, hasta que yo por fin me dormí. 

¿Final feliz? Yo creo que...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora