Hola. Perdón por estar tan ausente, sin escribir ni publicar nada. Mi estado de ánimo no era al adecuado. Además de que con el tema de los estudios tampoco tuve inspiración. Aquí les dejo un capitulo después de tanto tiempo.
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Me desperté al día siguiente, no muy temprano, pero tampoco demasiado tarde. Con la mano, palme el lado donde estaba mi marido, Caleb. Pero por mi sorpresa no estaba. La casa olía a un desayuno exquisito. Pero ningún paso, ni ninguna otra cosa sonaba en ella. El viento sonaba todavía, pero ya no llovía, el cielo es oscuro, pero algún rayo de sol se puede ver.
Baje las escaleras de uno en uno, con cuidado y delicadeza. Mire por la gran ventana que da al exterior. Pero él, no estaba. El coche tampoco parecía verse cerca.
Me dispuse a ir a la cocina, segui el olor de este desayuno que olía también. En la mesa redonda vi una nota que decía.
"Querida, he ido a por unas cosas en el pueblo, volveré pronto. Te lo prometo." -Caleb.
Mire el reloj y irán las 11 de la mañana. Desayune y me fui fuera a leer un libro mientras esperaba a que Caleb viniera.
Pasaron minutos, quizá horas, pero el no venia. Era preocupante, ya habían pasado más de 4 horas y no venia. Ese día no comí, por el nervios, ni tampoco cene.
A las 12 de la noche, me dispuse a irme a dormir, y esperar su llegada. Tan cansada estaba que me dormí nada más poner la cabeza en la almohada.
Cuando ya llevaba un tiempo dormida. Empiezo a escuchar pasos por toda la casa. Las ramas de los árboles golpean los cristales. Y una voz se escucha a lo lejos, que cada rato repite "Todo va a estar bien, todos vas a morir." Pero supuse que son mis pensamientos que quieren hacerme una mala pasada. Así que me volví a dormir otra vez.
Y al despertarme por la mañana vi una cosa familiar en la cama... Y grite... Grite hasta que...
