Capítulo 2

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"Como... como nieve que se niega a derretirse protegiéndose del sol en la sombra...vivo con estos sentimientos dentro de mí"  

Creo que todas las personas que estaban ahí sintieron el mismo escalofrío por todo el cuerpo partiendo desde la columna vertebral, como yo. O no lo sé, dejó de existir el mundo para mí en ese instante, dejó de existir el ruido, el sudor, las miradas alborotadas de los asistentes, la distorsión de las cuerdas, el golpeteo de la batería, todo. Dejé de existir yo, inclusive.  Sólo existía la luz en su rostro, sus pupilas distantes, sus labios temblorosos ante cada melodiosa oración y esa voz, esa maldita voz que me atravesó sacándome de mi zona de confort, con su música que sentí como si me pateara el hígado. Ah... 

Quise llorar, gritar o correr. O quedarme allí para siempre. Generalmente, al hacer música, cuidas de tu respiración. Eres consciente de la manera en cómo estás haciéndolo la mayor parte del tiempo, cuidas tu postura, te acostumbras a ello. Pero en ese instante, apenas si sentía que me permitía pasar el aire, apenas sí me podía sostener sobre mis piernas,  quedándome absorto en ese chico que gritaba una cantidad de palabras desde algún lugar de él que anhelaba dispararlas como si las colocara sobre la punta de unas flechas como un veneno que al dispararlas con el arco de su voz, te llegara directo al corazón asesinándote una y otra y otra vez, entumeciéndote por fuera y volviéndote un caos completo destrozándote las venas. 

Pensé que era una sensación controversial: era adictivo pero no podía soportarlo, o más bien, no quería. ¿Por qué esa persona me hacía sentir de esa manera? Detesto no comprenderlo. Yo, que sentía que ellos no eran dignos de mi presencia, ahora me sentía como el indigno en este tumulto. 

Y sin embargo me pregunto... ¿volveré a verlo alguna vez?

El tiempo pasó y mi vida no se sacudió como tal de la rutina que llevaba. Habían algunas cosas que lamentaba y simplemente no cambiaban y todas esas preguntas que me hice aquella noche quedaron suspendidas en el aire. En la rutina que envolvía los días grises,  los residuos de lo que alguna vez fue una relación se alimentaba con las  sobras del ego tal cual como un parásito.  

Y cierto día sonó el timbre. 




Luna brumosa atrapada en el invierno (Ugetsu x Mafuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora