Mi mayor problema soy yo mismo. Mis sentimientos, mis emociones, mis acciones, mis pensamientos atumultados y mi naturaleza impulsiva. Todo es caótico aquí dentro y por fuera, ¿por fuera qué soy? un tipo aburrido, engreído y malacaroso. Hah, digo esto y hasta yo mismo me empiezo a dar asco.
El chico común y corriente que se atrasa en el compás cuando canta y toca la guitarra eléctrica, aquel que apenas si tiene nociones de música, conectó con mi alma una vez atajando en el puño de su mano todo el caos de mi interior, sacudiéndolo después y lanzándolo lejos sin siquiera ser consciente de ello. Me detuvo en un instante de vida, en una noche de concierto y desde entonces tomé otro rumbo, demasiado desalentador para ser honesto.
Me gusta. Me gusta la forma en como se mueven sus labios cuando habla y más aún, cuando parece que tiene algo por decir pero luego se detiene, se queda callado. Me gusta su olor, también cuando se pasa la mano por sus cabellos de otoño y se convierte en alguien impredecible. Me gusta su piel, lo suave que me resultaba imaginarla... Creo que estaba pensando demasiado en todas esas cosas que descubrí que me gustaban aún más de él porque antes de que terminara de cruzar esa puerta le he detenido, le tomé de la muñeca y luego deslicé mi mano hasta la suya. Si, debo estar loco. Él me miró con curioso, seguramente pensó que yo tenía algo importante por decir, pero no dije nada. Tenía razón. Su mano era suave y fría, y ese instante de tiempo en que algo tan pequeño como el roce de nuestras manos había sucedido, se sintió especial. Pero no solo especial. ¿El tiempo se detuvo? ¿Cuántos segundos fueron realmente? Pensé tantas cosas y deseé tanto al mismo tiempo... apreté su agarre y él no se incomodó.
– ¿Uhm...? ¿Pasa algo Ugetsu? – Me preguntó con voz pueril. Maldita sea, Sato. ¡Me pasa de todo!. No lo solté pero tampoco respondí. No quería soltar su mano nunca, sabía que si lo hacía nunca más tendría el valor de tocarlo nuevamente. Creo que estoy obsesionado. Sonreí y no sé de qué forma exactamente fue, pero él sonrió de vuelta y brilló de una forma que derritió mis inviernos. Su mano se escapó de la mía como arena de playa suave y la sacudió despidiéndose alegremente, apartándose de mí con una sonrisa que se me quedó clavada en la mitad de mi todo, ni siquiera pude escuchar qué dijo después.
Esa noche fue bonita. Quizá muchas noches habían sido bonitas pero era la primera vez en que lo había notado por mi mismo, dejándome cautivar por tan hermosa luna. Estaba ocultada entre las nubes frías de una noche fresca, grises, brumosa pero tan brillante que me recordó a su sonrisa. Sí, se parecía al brillo que irradiaba de su mirada. Me quedé viendo como ese astro se alejaba de las nubes brillando con más ímpetu y pensé que de ese mismo modo se había deslizado él de mi mano. La miré y sonreí como cual tonto. Espero poder verle de nuevo. Algo aún más bonito y liberador sucedió: terminé con Akihiko.
Con el pasar de los días parecía que estaba aprendiendo a ser una persona más normal. Quizá el ver el estante de mis discos con algunas piezas faltantes me daban cierta tranquilidad, sabría que debería volver para entregarlos. Mierda, ¿cuánto tiempo se iba a tomar? Sigo siendo estúpido. Volvió la ansiedad a mí cuando casi se cumplía un mes desde entonces. Era martes y preparaba mi equipaje para una gira en el continente de los sueños para un músico clásico como yo. El timbre sonó y mi corazón se aceleró, deseando profundamente que quien estuviera al otro lado de la puerta fuese él. Me apresuré a abrir y en efecto, era él. Me convertí de nuevo en un tonto, feliz de verle nuevamente.
Nota del autor:
Este iba a ser el último capítulo pero no pude anexar la parte final. Se actualizará en máximo dos días (ya está hecho, falta revisión) para esta primera versión del shipp.
Gracias por leer. ¡Saludos y manténganse hidratadxs! <3
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Luna brumosa atrapada en el invierno (Ugetsu x Mafuyu)
FanfictionMe pregunto, ¿cuándo volveré a ver ese cantante? Me atrapó completamente en el momento en que escuché su voz. El recinto estaba absorto ante su existencia y yo no fui la excepción. Aaaah... ¡Estúpido Akihiko! ¿Por qué tuve que venir? No me vuelvas...