Somos amigos

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Draco se calmó poco a poco. Se enjugó la cara, sintiéndola rasposa, por lo que se levantó y se la mojó con agua, evitando mirar sus ojos hinchados y enrojecidos en el espejo.

Volvió a la sala y dejó el reproductor encima del libro. Se dejó caer en el sofá, sintiendo el cuerpo vapuleado. Supuso que llorar era más cansado de lo que parecía, pero descartó tumbarse en la cama o en el sofá. Draco sabía que, aunque estaba bien llorar y exteriorizar las emociones, no era sano regodearse y mortificarse en ellas.

Dudó entre encender el televisor o el ordenador portable. Potter, «Harry», se corrigió mentalmente, había dicho que podía preguntar cosas al portable. Pensó que podía ser buena idea preguntarle cómo cocinar para que, cuando Harry volviese de trabajar, el almuerzo estuviese preparado.

Lo llevó hasta la barra de la cocina, se sentó en un taburete y, con cuidado y reverencia, Draco levantó la tapadera y pulsó el botón que Harry le había indicado. La pantalla se iluminó, y durante unos segundos, varias letras sobre fondo blanco aparecieron, demasiado rápido para poder leerlas, que fueron sustituidas por una fotografía que ocupaba toda la pantalla.

Mirándole desde la pantalla estaban Harry, Granger y Weasley. La foto debía ser muggle, porque no se movía. Por el aspecto de los tres, parecía haber sido tomada cuando tenían dieciséis o diecisiete años.

En sus caras todavía se podía ver el cansancio, las ojeras y las secuelas de la guerra. Quizá había sido justo tras la victoria, porque los tres parecían felices. Granger estaba entre los chicos, abrazada a ellos, con la cabeza reposando en el hombro de Harry. Weasley le rodeaba la cintura a la chica con ambos brazos. Draco reconoció que los tres estaban muy guapos.

La foto cambió gradualmente por otra. Harry y Granger estaban abrazados, mirándose y sonriendo. «No, riendo», se corrigió, fijándose mejor. Parecían bailar. No hacía falta ser un genio para darse cuenta del cariño enorme que se profesaban los dos. A pesar de saber que Granger estaba con Weasley en Francia y que Harry era gay, sintió celos por esa intimidad que compartían. Draco acarició la cara de Harry en la pantalla justo cuando hacía una transición a otra fotografía.

Weasley y Harry. Harry sonreía a cámara, abrazando por la cintura a Weasley, que le rodeaba los hombros en un gesto de camaradería. La foto dio paso a otra casi igual, donde Weasley le daba un beso en el pelo a Harry y este reía a carcajadas. En el fondo de la foto, Granger, sentada en el suelo, se partía de risa. De nuevo, era necesario ser ciego para no ver los lazos que los unían, incluso en una foto tan estática.

Draco se quedó largos minutos mirando aquellas fotos. Harry apenas había mencionado a sus dos amigos inseparables salvo para decir que estaban en Francia o que se escribían de vez en cuando. Draco había pensado que a lo mejor su relación se había enfriado, quizá por la distancia. Por las fotos, se veía que los tenía muy presentes.

Por un lado, con una punzada de dolor y envidia, Draco recordó a Vincent y a Greg, a Blaise y a Pansy. A Adrian. Theo. Ellos nunca se habrían hecho una foto con él así. Quizá Vincent y Greg, pero ellos habían sido algo así como sus guardaespaldas y él había asumido cuidarlos a cambio. Todavía le dolía la traición de Vincent. Pansy, Blaise y los demás... había sido más un juego de lealtades familiares. No la amistad pura e intensa que desbordaban las fotografías de la pantalla.

Una lágrima se deslizó por su mejilla y Draco —«ya basta de autocompasión por hoy», se dijo— pulsó el botón del navegador, ocultando las fotos. Dudó. El portable tenía letras, pero también más signos. Ni siquiera sabía cómo poner la interrogación. Finalmente, se decidió a deletrear lenta y dolorosamente, buscando y pulsando con el índice cada letra que necesitaba.

—Hola... Espero... que... esté... bien... Cómo... hacer... comida... fácil... Por... favor... y... gracias.

Movió el cursor hasta el botón y pulsó para buscar. La página se puso en blanco. Draco se asustó durante medio segundo por si lo había estropeado, pero la página cargó y Draco pulsó el primer título azul que vio: Espaguetis sencillos en diez minutos.

Sanando el corazón [Drarry - Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora