Cafetería

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Miguel iba todos los días no solo por que le gustara el lugar, la comida y el buen sabor del café de la pequeña cafetería que se encontraba cerca de su trabajo si no que iba para ver a el, al joven chico que atendía las órdenes, llevaba meses así mirándolo a lo lejos pidiendo siempre lo mismo siendo atendido por el el, queriendo pedirle su numero o nombre, pero es que cada vez que estaba cerca de él, se ponía nervioso y como no ante semejante belleza, alto, castaño buen cuerpo y ese trasero ahí no de hable de eso era la mejor vista para Miguel, ven no solo por eso iba quería con todas las ganas del mundo pedirle una cita pero se ponía nervioso y comenzaba a actuar como colegiala

-ahi esta otra vez?.-dijo María

-si.-dijo Catalina mirando desde el mostrador a el chico pelinegro sentado en la esquina

-hasta cuando crees que piensen seguir con lo mismo.-dijo María

-a este paso años.-dijo Rodrigo saliendo de la despensa

-ve mira ahí va otra vez.-dijo María

Ay no ahí viene otra vez, y demonios los malditos nervios otra vez

-bien venido, va a ordenar lo mismo de siempre?.-dijo y sonrió

-s-si.-dijo ay maldición no, por favor no sonrías, me enamoras más

-muy bien.-dijo y se dio media vuelta para ir donde la chica de ojos verdes y cabello negro

-a este paso llevará años que si quiera se digan si quiera otra cosa que no sea lo mismo de todos los días.-dijo María

-lo se.-dijo Catalina

-un trozo de torta de chocolate y capuchino.-dijo Francisco desanimado

Lo que Miguel no sabía es el otro también andaba con los mismos ojos de colegiala cada vez que lo veía

-ay Pancho no te pongas así.-dijo Catalina

-lo se pero, es que he intentado de todo, ser amable, sonreírle y cada vez que trato de hablarle de algo más se pone nervioso, tan mala cara tengo?.-dijo Francisco

-ay que cosas dices.-dijo Rodrigo y dejó una caja en la entrada de la despensa

-es que no se que mas hacer.-dijo Francisco y lo miro, tan lindo, lejano, distante, bello y distraído, se había fijado en el desde el primer día que llego, lo había intentado de todo, fue amable, luego fue algo más lanzado y directo, incluso le dio pequeños coqueteos, pequeñas señales no tan obvias pero este se ponía nervioso y se iba como alma que lleva el supay, luego trato de ser menos lanzado y menos coqueto, más amable y era lo mismo, siempre se ponía nerviosos y se iba corriendo que ya ni el polvo se le veía.

-toma, torta de chocolate y un capuchino.-dijo Catalina y dejó lo ordenado sobre el mesón

-Gracias.-dijo algo desanimado Francisco

-pobre.-dijo Rodrigo mientras veía como su hermano caminaba peor que alma en pena

-no deberíamos meternos.-dijo María

-pero somos sus hermanos.-dijo Catalina y sonrió un poco

-y por ello somos metiches y chismosos.-dijo Rodrigo y sonrió un poco también

-ademas está enamorado.-dijo María y también sonrió

-y debemos ayudarlo, bien, cual es el plan?.-dijo Rodrigo al ver la cara maliciosa de sus hermanas

-ok, sabemos que Pancho anda así desde hace mucho, y ya es tiempo de hacer una pequeña intervención técnica.-dijo Catalina

-no se por qué nos hacemos tanto problema podemos darle el nombre y su número de la factura de compra.-dijo María

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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