Capítulo 2

358 41 9
                                    

Con el atardecer pintando el cielo tras de nosotros arribamos a lo que parecía ser el terreno de alguna mansión perteneciente a un noble.
Debajo de la colina pude avistar a un chico de cabello negro junto con otro de mayor altura de cabello rubio aunque portaba ropas más finas que su compañero.
Estaban practicando tiro pues tenían un par de pistolas.
_ André lánzala _ el de cabello negro le lanzó la manzana y en medio vuelo fue atravesada por una bala que había lanzado Fersen
Lo voltee a ver de manera suspicaz. ¿Por qué había hecho eso? Podrían habernos atacado.
_ ¿quien está ahí? _ preguntó el chico de cabellos negros
Fersen me pidió que hiciera avanzar mi yegua hasta que yo también quedará visible. Justo a su lado
Al identificar su silueta el chico corrió briosamente hacia él dejando a André muy detrás.
Conforme más cerca se encontraba pude observarlo mejor. Su cabello era del color del oro, hecho rizos. Su rostro era tan fino como el de una chica y su tez incluso parecía de porcelana y aquellos ojos tan azules como la noche. Era como si el príncipe de los cuentos de repente hubiera cobrado vida.
Mi mirada de repente se interesó en el bosque. Detestaba que con su pura apariencia me hubiera provocado un sonrojo algo notorio en mis mejillas.
Escuché su respiración entrecortada a unos metros de nosotros. Se había detenido abruptamente. Lo suficiente para mentalizarme y qué pudiera encararlo.
_ Fersen ¿de quien se trata? _ y ahora su mirada estaba fija en mi. Era muy neutra_ no me digas que...
_ no, para nada _ río Fersen mientras negaba_ ella es una amiga
Pretendía hablar en ese instante, ser cortes y presentarme, mas ante su mirada de repente sentí como si todas las palabras que supiera en francés se hubieran esfumado de mi mente.
_ usted ¿es americana? _ fue la primera vez que presté atención completamente a su voz. No sonaba tan grave como la de un chico
_ si, Emily Hamilton_ incliné mi cabeza un poco hacia delante _ y ¿usted?
_un gusto conocerla, yo soy Óscar François de Jarjayes
Él era quien había mencionado Fersen durante el camino. Incluso los consideraba sus mejores amigos.
Tras nuestra presentación Óscar nos invitó a cenar con él y André.
Comenzaba a preguntarme si hubiera sido una mejor idea seguir a Lafayette.
No deseaba arruinarles nada a ellos. Se veían muy unidos y yo era una completa extraña, daba por sentado que ellos se sentirían incómodos con mi presencia.
Pasamos tras una reja que guardaba la mansión de los Jarjayes de cualquier peligro.
Quedé boquiabierta al verla. Era antigua, mas bien cuidada toda construida de mármol blanco que relucía cuando la tocaba el sol y enfrente hacia una fuente que servía como entrada. Era precioso todo el complejo.
Frente a la entrada todos detuvimos nuestros caballos. Procuré descender de mi yegua como siempre lo había hecho, pero el vestido era tan estorboso que me inmovilizaba.
Iba a perderle ayuda a Fersen, pero se ofreció a acompañar a André a guardar los caballos.
Debía darme prisa. Pude cruzar mi pierna sobre la silla hasta quedar de lado al estilo de montar que usaban algunas mujeres.
Sin esperármelo Óscar apareció frente a mi, tenía una sonrisa en sus labios.
_ permítame ayudarle _ me extendió su mano para poder tener un apoyo.
Algo dudosa la tomé y bajé de mi yegua. Finalmente quedé frente a frente a él. Su tacto era amable y hasta juraría que trató de no apretarme de más.
Al soltar mi mano y agradecerle ambos ingresamos a la mansión.
Si el exterior era espectacular, el interior era casi de ensueño.
Enormes ventanales en el muro de entrada, algunas estatuas, cuadros de sus familiares contados a lo largo de las paredes y candelabros enormes colgados en el techo. Igualmente en el recibidor se encontraba la escalera que guiaba hacia la parte de arriba.
_ es hermosa, su casa _ mi mirada aún seguía perdida en la habitación, contemplándola.
_ ven, sígame al comedor _ de nuevo antes de avanzar me regaló una sonrisa
Ya adentro Óscar me pidió que me sentara a su lado. Más que encantada lo hice.
Creí que tener que esperar a ambos chicos sería incómodo, el típico silencio que se genera en las habitaciones cuando no conoces en lo más mínimo a la otra persona y esta tampoco tiene interés en hablarte o no sabe como. Sin embargo fue todo lo contrario.
Aunque fueron cosas triviales como si el viaje había sido placentero, si me gustaba lo que llevaba recorrido de Francia y cosas por el estilo. La charla salió de manera natural.
Estaba por preguntarle si tenía algún puesto importante en la corte cuando la puerta del comedor se abrió de par en par, a continuación entrando Fersen y André.
_ veo que ya están poniendo al día _ observó el sueco
_ y creo que es hora de que también se entere de todo lo que está ocurriendo _ le comentó a Óscar
_ estuvimos separados por siete años, estoy seguro de que se ha perdido de muchas cosas _ añadió André
¿Siete años? No podía creer que hubiera transcurrido tanto desde el inicio de nuestra guerra. Dentro de mi mente todos esos años transcurrieron de manera tan rápida, incluso sentía como si yo misma estuviera atrapada en el tiempo y solamente ahora alguien me hubiera sacado de esa burbuja.
Resultaba inquietante saber que inclusive ya estaba entrando a ser un adulto joven.
La cena transcurrió entre rumores y escándalos que acontecieron en la corte durante la ausencia del conde.
Vaya drama por un collar que resultó ser un completo malentendido.
Quedé consternada al enterarme que todo aquello fue orquestado por una sola persona, se llamaba Jeanne de Valois, sorprendentemente tras las declaraciones que usó contra la reina pudo poner al pueblo francés de su lado.
¿En que me estaba metiendo? Si una sola persona con una mente maquiavélica podía  lograr desestabilizar a la monarquía, el estado actual de Francia me temía que fuera peor de lo que el marqués de Lafayette nos había hablado, mas no sacaría conclusiones antes de verlo por mis propios ojos. Aparte esta ya no era mi lucha y mi deber no residía siquiera en buscar alguna solución para sus majestades.
Se repente el enojo comenzó a formarse en mi interior nuevamente ¡Detestaba en lo que me estaban forzando a convertirme!
_ ¿Emily, te encuentras bien?_ con su pregunta André me sacó de mi viaje de pensamientos y solo entonces noté que mi agarre en la copa de vidrio era demasiado fuerte
_ si, no es nada _ velozmente volví a relajar mi agarre
Debía de aprender a controlar mis emociones, me sentía vulnerable cuando dejaba verlas antes los demás, sobretodo ante extraños.
Fersen me volteo a ver con una mirada que me intentaba asegurar que todo estaría bien. Claro él había comprendido la razón de enojo.
Al finalizar la cena pasamos al cuarto de Óscar.
Era enorme, del tamaño de la planta baja de una casa normal.
Óscar nos invitó a sentarnos cerca de la chimenea, se lo agradecí, puesto que la noche ya había caído y la temperatura había descendido.
Arrimamos tres sillas y nos sentamos frente al fuego. Él le pidió a uno de sus sirvientes que trajeran una botella de vino y cuatro copas.
Nos quedamos otro rato charlando, casi no hablaba. Estaba maravillada con todas sus aventuras que habían vivido. Me habría encantado haberlas vivido con ellos.
De hecho me gustaría que fueran mis amigos, pero ¿aún había espacio para guíen más? Se veían tan unidos que sería como tener una intrusa.
Hasta las miradas que ocasionalmente cruzaba Óscar con Fersen eran mucho más suaves, demostraban todo el aprecio que sentía por él.
Tras muchas risas y recuerdos Fersen se acomodó en la silla, su mirada se posó en mi.
_ creo que ya es hora de retirarnos _ mencionó _ se está haciendo tarde y le prometí al marqués de Lafayette que la llevaría a su mansión
_ pero si ya se está haciendo muy tarde _ recalcó Óscar con un tono de preocupación en su voz _ no se preocupen, puedo enviar un mensajero tanto a tu mansión, como a la del marqués, seguramente lo entenderá
_ no quisiéramos causar más molestias _ me estaba por parar cuando Óscar posó su mano sobre la mía
_ no son una molestia. Me gustaría conocerte mejor _ de nuevo sentía que mis mejillas se tornaban rojas _ pueden quedarse el tiempo que quieran, una semana, un mes. Siempre será bienvenidos
_ que buenos amigos son _ les sonrío Fersen algo apenado
_ a parte me gustaría escuchar todas sus aventuras en América _ añadió André
_ le pediré a nana que prepare dos habitaciones, por cierto Emily puedes usar las prendas que dejó Rosalie, espero te queden _ sabia que me estaba analizando
¿Rosalie? Seguramente se trataba de alguna de sus hermanas.
_ gracias, monsieur Óscar sobretodo por su hospitalidad _ él solamente rio. Me agradaba su risa
_ déjame guiarte a tu habitación
Posteriormente me despedí de ambos chicos y me puse en marcha tras Óscar.
El pasillo era enorme, me alegraba de que estuviera bien iluminado por velas, ya que con aquellas pinturas sería una pesadilla recorrerlo. Aún así sentía que los ojos de los cuadros me seguían. Sin notarlo me fui pegando a Óscar hasta que me pegue contra él.
_ lo siento _ me hice para atrás con la mirada baja
_ no hay problema, a mi también me solían dar miedo de pequeña _ ¿se había referido a él mismo como una chica?
_ ¿pequeña? _ pregunté en un tono confundido
Lo siguiente que hizo fue reírse sonoramente.
Aún no se me asentaban sus palabras por completo. Era una chica, igual que yo, que lograba servir como Brigadier para la corona francesa.
Ahora tenían sentido las palabras que Fersen me había dicho.
Quería contarle todo lo que se me había prohibido volver a mencionar en cuanto arribara a Francia, que al igual que ella también tenía experiencia militar.
Continuamos avanzando por el pasillo y los pensamientos se hicieron tantos nudos y mis palabras me fallaron tantas veces que antes de notarlo ya habíamos llegado a mi cuarto.
_ te veré en la mañana, Emily, espero que descanses y no te preocupes ya tendremos tiempo para hablar _ con eso supe que se percató de todo mis intentos.
_ descanse, monsieur Óscar _ le sonríe entusiasmada antes de entrar a mi cuarto.
———————————————————————————
No importaba lo cómoda que estuviera la cama y lo calientita me encontraba entre las sábanas. Apenas se estaba asomando el sol cuando mi mente decidió que ya no me permitiría volver a los brazos de Morfeo.
En el armario encontré algunos pantalones y blusas. Me vestí con estos, me vi frente al espejo.
Era yo de nuevo, al menos algo que creí que había perdido para siempre retornó a mi.
Salí de la mansión, puesto no quería causar molestias a nadie tan temprano.
Caminé por una senda plagada de árboles entre el vaho matutino. Hacía algo de frío.
En medio del camino frente a mi avisté una silueta de un hombre alto, unos escalofríos recorrieron mi columna.
Retrocedí unos pasos cautelosamente, o eso creí hasta que mis pies arrojaron unas rocas en el camino. Entonces el hombre se volteó y para mí alivio se trataba de Fersen.
_ ¡Emily! _ exclamó acercándose a mi
_ Buen día, Fersen ¿no podías dormir? _ él negó
_ me acostumbre mucho a los horarios de las batallas _ suspiró _ igualmente hay bastante que debo de pensar ¿que me dices tú?
_ supongo que me extrañe cuando recordé que ya no estaba en América y bueno la idea de...
_ que te tengas que casar _completó Fersen con una voz compasiva _ se que no lo quieres
_ ¡odio la idea! _ estampé mi pie contra el piso _ ni siquiera sé si encontraré alguien que logre amar o viceversa
_ es por eso que yo tampoco me he casado, también una de las razones por las que huí a América y ahora me cuestiono el volver a Suecia _ mi vista se elevó hasta topar con su mirada. Era tan melancólica como jamás la había visto anteriormente
_ no quieres dejar Francia debido a que alguien que amas se encuentra aquí _ el rumor de que era el amante de la reina era ya demasiado evidente como para ocultarlo
_ así es _ tomó una bocanada de aire _ pero ya no importa, me fui y ella continuó con la vida que debía de tener
_ ¿no piensas ir a verla? Ni siquiera para que sepa que volviste con vida _ le cuestioné
_ no sería lo correcto y supongo que incluso sería lo mejor que no se enterara de que regrese a Francia _ asentí tratando de comprender su punto _ volveré a Suecia, pero antes te llevaré esta noche con Lafayette, pronto tendrás que ser presentada a la corte
De nuevo esa amarga sensación retornó a la punta de mi estómago y pecho, mas no había manera de detener el tiempo y tarde o temprano tendría que toparme con lo que más temía.
——————————————————————————
Hola!
Espero que lo estén disfrutando y les guste el capítulo.
Gracias por el apoyo y sus comentarios desde el primer capítulo 🖤

-Inkheart-12

Quizá en otra vida (Lady Oscar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora