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El terror y la angustia que sentía en esos momentos realmente no eran humanos, sentía el cuerpo frío y las ganas de vaciar todos sus órganos en el retrete... ahora estaba seguro... eso no era una alucinación producto del cansancio, era mortalmente verás. 

Sus extremidades no respondían y evitaba pestañear para no perderse de ningún detalle a su alrededor, sin embargo nada pasó, se mudó al apartamento de Theo temporalmente, ahora que tenía compañía no sentía nada atemorizante, la voz no volvió y el golpe extraño desapareció, además de que en su encefalograma no salió nada anormal.

Después de tres meses de llenarse de seguridad y volver a los brazos de la razón ocupó su cama sin miedo, su departamento volvió a ser cálido y acogedor, el aire incluso era más hogareño, su sueño volvió a ser tan regular como antes, incluso más profundo... su vida había vuelto a la normalidad. 

Pero nuevamente los días se hicieron monótonos, las comida insabora, la monotonía volvió a ensombrecer su vida y las noches turbulentas debido al trabajo agobiante, la soledad que sentía era abrumadora y nada se debía a la escases de "oportunidades", se debía al simple echo de que el no estaba echo para amar, no había manera en que alguien pudiera complacer su necesidad peculiar, el sentimiento se había abaratado, el placer carnal era nulo debido a que no soportaba a la gente, mucho menos el ser acosado por un oportunista que solo buscaba meterse en su cama para hacerlo responsable y vivir a costa suya, además que estaba consiente que su roll preferido en la cama era de receptor, lo cual era inconcebible para la mayoría, en el trabajo lo catalogaban como un amante adicto al bondage, cuando en realidad él era más suave que una pluma.

Por mucho que intentó sentirse atraído por alguien, no lo logró, no sentía que había algo especial en el ambiente, no había la magia que su corazón anhelaba y eso era peor que la soledad, era la condena de la muerte en vida, ¿de qué serviría ser exitoso en muchos aspectos de la vida si no había algo por lo que luchar?

Una tarde su junta había sido cancelada debido a que uno de sus socios propondría matrimonio a su novia, el otro tenía un aniversario y alguno cenaría con su hija, parecía ser que en esa sala era el menos afortunado, tuvo entonces que volver a su vacío apartamento, de camino a él intentó consolarse comprando comida chatarra y películas de acción, dispuesto a desvelarse como cualquier joven de su edad un viernes, sin embargo notó algo en el ambiente, era San Valentín, ofuscado tomó todos los aperitivos que encontró y se aplastó contra su costoso sofá, ya muy entrada la noche... deseó no estar tan solo, sin embargo esa noche nada sucedería. 

Nine lives, bitch HARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora