La persistencia de las personas tercas, muchas veces les ha orillado a tener éxito en lo que desearon alguna vez.
Pero...
¿Qué pasaría si la terquedad de uno choca con el otro?
¿Qué pasa si dos tercos se sostienen en lo suyo?
Entonces... ¿Quién gan...
Soltó un suspiro al ver por la pantalla que no dejaba de llamarle. Creía que a la noche ya se había cansado y no seguiría insistiendo al día siguiente, pero pensó evidentemente mal.
Bebió un sorbo del café que se preparó con los ojos súper hinchados de tanto haber llorado en la noche. Era la única vez que estaba tan ilusionado con un hombre y todo se había ido a la mismísima mierda por el idiota de ese Changkyun, le daba tanta rabia que se puso a llorar hasta dormir.
Soltó un suspiro cuando vio que marcaba en la pantalla
"160 llamadas perdidas de WonHo ♡"
Tomó el teléfono para entrar en contactos y borró ese corazón. Vio la llamada número 161 entrar y dejó el teléfono sobre la mesaㅡ Hora de despabilarse y a ir a trabajar ㅡse auto motivó yendo hasta el baño para darse una buena aseada y hacer todo lo posible para disimular lo que estuvo llorando.
※
Como hoy estaba el dueño de la cafetería en caja, KiHyun también tomaba los pedidos y servía en el lugar junto a su compañero habitual.
Por supuesto su tranquilidad no iba a durar mucho cuando vio a Changkyun entrar al local. Se le notaba algunos golpes, pero él no se veía adolorido o similar, por el contrario estaba incluso hasta sonrienteㅡ ¿Por qué vida me odias tanto? ㅡcuestionó por lo bajo soltando un suspiro y le tomó del uniforme a su compañero para llevarlo al salón de limpiezaㅡ necesito que cubras la mesa 5, por favor...
ㅡ ¿Es de nuevo ese chico?
ㅡ Sí...
ㅡ Ah, entonces hazlo tú, me dijiste que no me meta en tus asuntos y ese chico es asunto tuyo, tsk ㅡ salió de ahí casi corriendo antes de ganarse otro golpe de su mayor.
ㅡ Aish... Algún día te cobraré hasta lo mínimo que me debes, escuincle. Ni un mínimo favor me puede hacer ㅡse rascó la cabeza y pataleo sacándose toda la frustración de encima. Cuando obtuvo la compostura, caminó hasta la mesa. Le extendió la carta sin decir una palabra.
ㅡ Buenos días ㅡ saludó con una radiante sonrisa tomando la carta que le ofreció.
ㅡ Me hubiese gustado que te arranque esos dientes...
ㅡ Yo le arranqué uno ㅡ comentó tranquilo mientras paseaba la mirada con serenidad por todo el menú.
Se le escapó una corta carcajada y al darse cuenta presionó los labios riendo por lo bajoㅡ ¿Tú? ¿Arrancarle uno a él? Por supuesto que no vas a admitir que perdiste el torneo estúpido de machitos que se hicieron ustedes mismos.
ㅡ Soy buen perdedor cuando pierdo. En verdad, yo le arranqué uno a él... ㅡse cruzó de piernas y lo miróㅡ ¿por qué no se lo preguntas?
Cerró los puños de la rabia por lo cómodo que se estaba poniendo y más esos aires de ganador que le enervabaㅡ haz tu pedido... ㅡ mencionó a regañadientes.
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