Abuelos, benditos abuelos.

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De fondo hay una canción. Supongo que es bonita, pero no presto mucha atención. Mi cabeza está en otro lugar. Estará en el mismo lugar que se quedan esos "te quiero" que no se sienten, esos "para siempre" que no se cumplen, o donde están todas las promesas rotas. Quién sabe dónde estará. Quizás esté junto a todas esas personas que queremos y que ya no están. Ojalá, ojalá esté allí.

Cuando era pequeña solía pensar que la muerte de mis abuelos nunca llegaría. Es lo que más quería en el mundo, vida eterna para ellos. Pero cuando murió mi abuelo yo apenas tenía 7 años. Lloré durante días e incluso me entró fiebre muy alta durante varios días. Aunque he de reconocer que a pesar de ser pequeña conseguí ir a verlo aunque mucha gente se quejó de que no era lugar para una niña. Necesitaba despedirme de él, aunque no me escuchará, aunque no me viera, aunque ya no existiera.. Pero me equivocaba. Él sigue, sigue en cada uno de los recuerdos que tengo junto a él, en cada una de sus fotográfías, en cada uno de los besos que me daba. Sigue en las lágrimas que nacen de mis ojos cada vez que le recuerdo. Ni el científico por seguir un método es capaz de resolver todos los problemas, ni yo por echarte mucho de menos voy a hacer que vuelvas.

Después de la muerte de mi abuelo pensé que lo mejor sería no dejar a mi abuela nunca más sola. Pasaba todo el tiempo posible y más con ella. A día de hoy a sus 86 años es la persona más especial que conozco, es mi vida entera.

Hace poco ha estado en el hospital. Todos sabían que estaba en el hospital. Todos menos yo. Todos piensan que soy débil, y quizá eso me haga serlo aún más. Me ocultan todo el tiempo cosas con motivo de no hacerme sufrir, pero para mi es traición, y acabo pasándolo peor. Mi abuela después del hospital no es la misma. Lo noto. Se está apagando, se está apagando y va a dejar de iluminarme el camino. Y me perderé.. me perderé entre toda la gente buscando a alguien que me quiera como ellos dos. Y nunca lo voy a encontrar, porque no se puede encontrar algo que no existe. 

Pocas veces lloro mientras escribo, pero hoy era necesario. Hoy necesitaba llorar. Porque cuando suceda lloraré tanto que me secaré como lo hace la ropa mojada en el sol abrasador de verano. Me adelanto a los acontecimientos, lo sé. Pero es la primera vez que creo de verdad que mi abuela morirá también algún día como lo haremos todos. Es una forma de ir haciéndome fuerte, aunque provablemente no sirva de nada.

Para alguien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora