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Los días pasaron y aún cuando puse todo mi esfuerzo en encontrar a esa chica de los ojos cafés, no había podido hacerlo.

Mi humor  era insoportable, bueno siempre era así pero esta vez estaba aún peor.

Mi padre no entendía el porqué de mi búsqueda  pero estaba acostumbrado a mis obseciones sin motivo. Pero estaba dudando de si esta vez podría cumplir mi fantasías.

Mi optimismo decayó aún más cuando mi padre me explicó que debía manejar un bajo perfil hasta que se calmara las cosas aquí, no nos convenía que saliera a la luz nuestros negocios turbios.
Unas vacaciones serían una buena idea.

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